EXDIRIGENTE DEL PP CONDENADO EN EL 'CASO NARANJAX'
Carlos Fabra deja la secretaría general de la Cámara de Comercio de Castellón
El expresidente de la Diputación de Castellón renuncia al único cargo que mantenía, por el que cobraba 90.000 euros al año. Con una pena de cuatro años de cárcel por delito fiscal, asegura que ha cambiado de opinión para "no perjudicar" a la institución
El expresidente de la Diputación y del PP de Castellón Carlos Fabra abandonará el 31 de diciembre la secretaría general de la Cámara de Comercio de la provincia, que ocupa desde el 2011. Así se lo ha hecho saber a la institución, ante la cual el exbarón del PP presentó la semana pasada su dimisión. Es el último de una larga lista de cargos públicos y de responsabilidad política que deja por su propio pie, tras abandonar la propia Diputación y presidencia del PP en Castellón, pero también su papel en el aeropuerto "del abuelito" o la militancia en el partido presidido por Mariano Rajoy, cuya baja presentó motu propio horas después de conocerse su condena a 4 años de cárcel por delito fiscal en el 'caso Naranjax'.
Fabra presentó su renuncia el pasado viernes ante el Comité Ejecutivo de la Cámara de Comercio, 18 días después de que se hiciera pública la sentencia de la Audiencia de Castellón que le condenó por cuatro delitos contra la Hacienda Pública. El puesto en la institución cameral le reportaba 90.000 euros anuales. Con esta dimisión, Fabra abandona también el cargo de consejero en el Consejo de Administración del Puerto de Castellón, una designación que depende en última instancia del Consell. En estos días, la oposición había pedido reiteradamente al presidente de la Comunidad Valenciana, Alberto Fabra, que apartara del cargo a Carlos Fabra.
Apoyo de la institución
Una vez conocida la sentencia, el condenado aseguró que "por supuesto" seguiría al frente de la Cámara de Comercio provincial y como consejero del puerto de la ciudad. Sin embargo, parece que el exbarón popular ha cedido a la presión y se marcha para no "perjudicar" la imagen de la Cámara. Sus compañeros en la institución, al menos en público, no habían pedido su expulsión.