La defensa de la infanta pasa por el sacrificio de Urdangarín
Sus puntos más débiles son el uso de la tarjeta de Aizoon y aprobar las cuentas.
La defensa de la infanta, tanto en un posible recurso de apelación ante la Audiencia Provincial como en una todavía hipotética declaración ante el juez, pasa sí o sí por poner encima de la mesa una cabeza de turco, la de su marido.
Según coinciden todas las fuentes jurídicas y judiciales del caso consultadas, los abogados de Cristina de Borbón solo tienen una estrategia posible para intentar exculpar a su cliente, endosar a Urdangarín la responsabilidad de todas las irregularidades fiscales que cometió durante años Aizoon, la empresa pantalla del matrimonio usada supuestamente para desviar a bolsillos privados cerca de un millón de dinero público y que, según el juez José Castro, fue usada también durante años para defraudar a Hacienda.
Los letrados Miquel Roca y Jesús María Silva todavía debaten cómo recurrirán la decisión de Castro de citar a la duquesa como imputada el 8 de marzo ante la Audiencia Provincial. Pero sobre lo que no tienen dudas es que su cliente se enfrenta al mismo problema que todos los acusados de delitos fiscales, una sólida base documental de facturas y declaraciones que prueban de forma palmaria que Aizoon jamás tuvo actividad real y que, como sostiene el magistrado, fue usada por el matrimonio Urdangarín-Borbón como una suerte de caja familiar, incurriendo en el doble delito de no tributar como IRPF esos ingresos y, de paso, aminorar la base imponible del Impuesto de Sociedades de Aizoon al cargar como gastos compras y servicios privados que nada tenían que ver con la falsa inmobiliaria y consultoría que jamás vendió un piso y nunca asesoró.
Documentación
La defensa de la infanta no puede negar que su cliente se beneficiara de esos desfalcos hechos a través de Aizoon porque son decenas los documentos que prueban que ella y sus hijos disfrutaron, a cuenta de las arcas de la compañía familiar y no del sueldo de la infanta o su marido, de costosos viajes al extranjero, de estancias en lujosos hoteles, de comidas en restaurantes, de fiestas privadas, de cursos de formación en ‘coaching’, empresas de ocio infantil, de lecciones de baile.en total 262.120 euros. O que cargaron como gastos de empresa 436.703 euros de la reforma del palacete de Pedralbes.