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Mas pide conquistar con votos lo que se luchó con bayonetas

Afirma que Cataluña está «a medio camino hacia el infinito».

Mas durante la apertura de los actos del Tricentenario de la Guerra de Sucesión.

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c. reino | (colpisa) barcelona

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En un tono solemne y cargado de épica, el presidente de la Generalitat apeló este sábado a la historia para reivindicar la independencia de Cataluña. Artur Mas inauguró en Lérida los actos de conmemoración del Tricentenario de 1714, el año en que Barcelona fue derrotada por las tropas borbónicas, lo que supuso el fin de la Guerra de la Sucesión española y el nacimiento de un mito, alimentado por el nacionalismo catalán, que sitúa en la efeméride el origen de todas sus reclamaciones identitarias. «Uno de los pilares fundamentales de nuestra nación es su historia, una mirada al pasado debe servir para construir el futuro», dijo.

Antes que Barcelona, que luchó en la contienda a favor de un rey de España, pero de la dinastía de los Austrias, y que fue derrotada por las tropas de Felipe V el 11 de septiembre de 1714, cayó la capital leridana. Esa es la razón por la que Mas eligió la antigua catedral de la ciudad, icono de la resistencia frente el acoso del Ejército borbónico, como el escenario simbólico en el que una vez más bautizó 2014 como el año más decisivo en los últimos tres siglos para Cataluña, ya que por primera vez en su historia «decidirá su futuro y abrirá horizontes» para la creación de un nuevo Estado.

Lo hará a través de un referéndum, al menos esa es la intención de Mas y de las fuerzas soberanistas que impulsan la consulta (CiU, ERC, ICV, y CUP), fijada para el 9 de noviembre, pero que sigue en el aire ante la negativa del Gobierno central a autorizarla.

Obviando en todo momento que los defensores de Barcelona de 1714 no lucharon en una batalla por la secesión de Cataluña, sino que combatieron en el bando de uno de los dos pretendientes a Rey de España, Mas trazó un paralelismo entre aquella contienda librada y la que a su juicio enfrenta en estos momentos a la Generalitat con el Ejecutivo central, como consecuencia del proceso soberanista emprendido por CiU de la mano de Esquerra. «Los héroes de 1714 defendían nuestros derechos y nuestras libertades, la voluntad del pueblo de Cataluña de gobernarse a sí mismo, como hacen hoy los catalanes de manera muy mayoritaria», dijo.

Hace tres siglos, añadió, utilizaron fusiles y bayonetas, mientras que ahora «empleamos la democracia, los votos y las movilizaciones», las «armas más poderosas» que hay a su juicio en las sociedades democráticas, si se saben «utilizar de la mejor manera posible».

Discurso épico, lleno de simbolismos y trufado de avisos a Mariano Rajoy. «Defendemos y conmemoramos la dignidad de un pueblo que ha sabido sobrevivir desafiando estados poderosos». Advertencias, porque a pesar de las presiones y de los impedimentos que el Gobierno central pondrá al proceso, el presidente catalán dejó una vez más muy claro que no piensa cejar en su empeño de celebrar este año la consulta soberanista.

Según Mas, los catalanes ya han dado sus primeros pasos hacia el Estado propio y se encuentran «a medio camino hacia el infinito». El otro medio deberán transitarlo en lo que queda de 2014 y en adelante.