Valenciano y Jáuregui se perfilan para la candidatura europea del PSOE
Rubalcaba pide a los aspirantes que olviden las primarias hasta superar las europeas.
Nadie ha incumplido aún, a las bravas, el mandato no escrito del Comité Federal del PSOE para mantener en el congelador, hasta las europeas del 25 de mayo, el lanzamiento de candidaturas a las elecciones primarias de noviembre. Pero Alfredo Pérez Rubalcaba no ha podido evitar que, de forma más o menos soterrada, los aspirantes vayan mostrando sus cartas. Y no le gusta. El líder de la oposición llamó ayer a los suyos a ser discretos. Pero lo tendrá difícil, al menos, hasta marzo.
«A los gargantas profundas y a los analistas de mi partido les recomiendo que se pongan a trabajar en las elecciones europeas, en las que nos jugamos mucho España y Europa, y luego -dijo con cierta sorna en Onda Cero- ya veremos». El problema es que enero es un mes prácticamente inhábil en el Parlamanto (a pesar de que ya se han celebrado tres diputacione permanentes y un pleno extraordinario), en el que la actividad política baja. A eso se une que aún no hay clima de campaña electoral porque, entre otras cosas, ni siquiera se ha elegido al cabeza de cartel. Y cuando el diablo no tiene que hacer…
El plan del PSOE era aprobar sus listas en el próximo Comité Federal del mes de marzo, pero no es descartable que anuncie antes el nombre de su número uno. Sobre todo, porque del 28 de febrero al 1 el PES, el Partido Socialista Europeo, celebra un congreso al que convendría ir con los deberes hechos.
Las opciones están bastante acotadas. La duda está entre la vicesecretaria general Elena Valenciano o el exministro de Presidencia y responsable de la Conferencia Política que renovó el ideario de la formación en noviembre, Ramón Jáuregui. Es probable que ambos formen una suerte de tándem, aunque aún no hay nada cerrado. El lío en el PP no ayuda precisamente a acelerar el calendario porque la dirección socialista no puede evitar mirar de reojo a su adversario. Y porque ahora no le interesa atraer la atención. «Que se cuezan en su salsa», dicen.
En este contexto de esperar y ver, los ‘protocandidatos’ aprovechan para mover el balón. El exlehendakari Patxi López, que desde el pasado 23 de enero actúa como anfitrión de lo más granado del socialismo en el ciclo de conferencias ‘Reflexiones de futuro’, que organiza el PSE, ha concedido en sólo una semana tres entrevistas a distintos medios nacionales. Y la jugada le ha costado algunas críticas, aunque no por saltarse a la torera el ‘alto el fuego’ interno. «Cuando uno no puede decir nada -dice un veterano que recoge un sentir ampliamente compartido- es mejor no poner la cara».
Carme Chacón ha aprovechado sus viajes a España para tender redes. Eduardo Madina sigue trabajando, según fuentes de su entorno, en un proyecto del partido «capaz de ilusionar» y de ilusionarle, y el madrileño Pedro Sánchez continúa sondeando el terreno con ayuda de afectos locales y provinciales, a pesar de que su salto a la arena ha sido recibido con escepticismo por una parte importante del ‘aparato’, al que ha estado vinculado durante muchos años, y por algunos de los que serían sus rivales.
Rubalcaba, en cambio, se mantiene en sus trece. No importa cuántas veces se agite el anzuelo frente a él. No suelta prenda. «¿Lo que ya está claro es que usted se presentará a las primarias…?» probó en suerte ayer su entrevistador. «No está claro -replicó él-; yo no he dicho nada». El secretario general del PSOE es, según sus colaboradores, un hombre que necesita analizar las cosas desde todas las perspectivas posibles antes de dar un paso, por más que eso dilate hasta la exasperación la toma de decisiones.
En este caso, además, nada le aprieta. Y dado que en política once meses es un periodo de tiempo larguísimo y en el que todo es posible, se recrea en su indefinición. Ahora las europeas ¿Y luego? «Luego -insistió a sus tropas- que consigan que la gente vaya a votar, porque cuanta más gente vote, mejor para el proceso de primarias». Un proceso en el que, por primera vez, votarán no sólo los militantes del partido sino todo aquel que lo desee, previo pago de dos euros y firma de una declaración de principios progresistas.