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La infanta Cristina se enfrenta a un duro interrogatorio de más de 300 preguntas

La declaración se perfila como una guerra de trincheras con extrañas alianzas.

Una de las pancartas que han sido colocadas frente a la rampa de los juzgados.

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m. sáiz-pardo | palma
León

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Será una jornada inusual, con un fiscal que no acusa, acusaciones que tampoco incriminan y un juez que no pretende ser árbitro.

Llegó el día y, desde luego, no va a ser un paseo militar para la infanta. La hija del rey de España, aunque no va a responder a las acusaciones populares o la defensa de Diego Torres, se enfrenta hoy a más de 300 pregunta. El juez, el fiscal y la Abogacía del Estado van a llevar la batuta en la declaración sobre fraudes fiscales y blanqueo, y no van a ser especialmente amables.

El panorama que se ha perfilado en las últimas horas es extraño, es una especie de guerra de trincheras en la que los dos bandos contarán con inesperados aliados y con golpes de timón inopinados. Todo es un poco raro; un fiscal que no acusa, pero que a última hora ha decidido ser duro; acusaciones que tampoco incriminan; defensas que sí que imputarán delitos; y, sobre todo, un juez en el papel del Ministerio Público y alejado de su labor de árbitro.

El magistrado José Castro, en una maniobra también inusual, decidió el viernes que él abre el interrogatorio con una batería de cien preguntas, según explicaron fuentes del proceso. El juez quiere ‘fresca’ a la infanta, precisaron. Y se va a situar en la trinchera contraria a la de la imputada.

El fiscal Pedro Horrach, aunque no acusa, se sienta con las acusaciones. En principio, la infanta podría pensar que tiene un aliado en él, pero no va a ser así. Horrach no va a ponérselo fácil. Ha decidido sacudirse la imagen de abogado defensor de Cristina de Borbón con una andanada de cuestiones muy incisivas. Y muy alejadas de aquellos escritos en los que exculpaba de todo a la hija menor de los reyes.

Durante todo el viernes Horrach trabajó en su despacho para perfilar un cuestionario de 145 preguntas, con posibles repreguntas, con las que tocará todos los temas espinosos para la infanta. «Va a haber mucho fuego amigo desde Anticorrupción», avisan fuentes conocedoras del proceso.

Pero también en el bando de aliados de la infanta toman posiciones acusaciones que no acusan. El abogado del Estado, el representante en este proceso de la Agencia Tributaria como damnificado, en principio no debería de poner contra las cuerdas a la hija menor del jefe del Estado, pero durante esta semana se ha coordinado con Horrach para completar su cuestionario con otras 50 demandas de orden fiscal relacionadas con Aizoon. Preguntas igualmente incómodas.

Pero el campo de batalla en el que la hija del rey comparece es aún más complejo. Eso sí, Cristina de Borbón comparece con un verdadero ejército de abogados. Hasta cuatro letrados podrían trabajar para ella. Estarán seguro los penalistas Miquel Roca y Jesús Silva, y es probable que también participen los letrados Jaume Riutort y Pau Molins.

Y, por supuesto, la infanta cuenta con la ayuda inestimable del abogado de su marido, Mario Pascual Vives.

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