Mas abronca a los empresarios y les pide apoyo al proceso soberanista
El presidente del Banco Sabadell reclama un entorno político de «estabilidad».
El presidente de la Generalitat, Artur Mas, emplazó ayer al empresariado catalán a arrimar el hombro, a «no pasar de la política», a dar un paso adelante y a comprometerse para conducir, «todos juntos» y «cada uno desde su responsabilidad», el proceso político emprendido por Cataluña.
Mas, que hace tres años se comprometió a practicar una política «business friendly», se está viendo obligado a cambiar su estrategia de seducción respecto al mundo económico, que cada vez airea más en público su preocupación por la situación política catalana. Hasta la fecha, el jefe del Ejecutivo catalán se limitaba a pedir a los grandes empresarios que al menos no obstaculizasen el camino independentista, como hizo hace un año cuando José Manuel Lara (Planeta) o Ludger Fretzen (Volkswagen-Audi) advirtieron con llevarse sus compañías fuera de Cataluña en caso de una hipotética secesión. Pero la oposición del sector empresarial va creciendo a medida que se acerca el choque de trenes entre Mariano Rajoy y Mas, que aprecia que una buena parte de los empresarios han decidido no significarse en el proceso soberanista -unos por convicción y otros por interés- y ha decidido que hay que cambiar el tercio.
En un acto en el Banco de Sabadell, la quinta entidad financiera de España y la segunda de Cataluña, ante lo más granado del empresariado catalán, entre otros los máximos ejecutivos de Damm, Freixenet, Agrolimen, Miquel & Costas, Grifols, Ficosa o Borges, el dirigente nacionalista reclamó a la que antes se conocía como la burguesía catalana que dé la cara, se moje y se implique en el momento político que vive Cataluña. Mas ni siquiera guardó la habitual cortesía política y se lanzó con bastante decisión contra los empresarios. «No hay que pretender que vengan a resolvernos las cosas, no hay que tener mentalidad de señoritos, sino de currantes», les espetó. «Ni el mundo de la economía ha de pasar de la política, ni la política ha de pasar de la economía», remató.
Al presidente de la Generalitat se le notaba con ganas de poner los puntos sobre las íes, tras una semana en la que el mundo económico le ha dado la espalda. Ocurrió con seis decenas de directivos de grandes multinacionales alemanas instaladas en Cataluña, con el presidente de la CEOE (el catalán Juan Rosell), con el Círculo de Economía o con el presidente del Banco Sabadell, Josep Oliu, que desde Londres afirmó que no contempla la independencia de Cataluña. Oliu ejerció hoy de anfitrión en el acto con Mas y fue más discreto que en la capital británica, si bien también dejó caer un aviso: el mundo económico y el sector financiero en concreto «necesitan» un entorno político de «estabilidad» para hacer frente a sus desafíos.