Diario de León

EL PROBLEMA CATALÁN

Mas vincula el aumento de la pobreza a la falta de soberanía

El presidente de la Generalitat culpa al Gobierno central, que controla los impuestos

El presidente de la Generalitat, Artur Mas, durante su comparecencia en el Parlament.

El presidente de la Generalitat, Artur Mas, durante su comparecencia en el Parlament.

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Cristian Reino | Barcelona
León

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El presidente de la Generalitat, Artur Mas, presentó ayer la independencia como la solución de prácticamente todos los males que afectan a Cataluña. Entre ellos, el aumento de la pobreza, un problema que va a más como consecuencia de la crisis y que arroja cifras en la comunidad autónoma catalana que han hecho saltar todas las alarmas entre la clase política. Más de 1,4 millones de pobres (sobre una población total de 7,5 millones) y 50.000 niños sufriendo privaciones alimentarias motivadas por la situación económica de sus familias, de los que 751 padecen desnutrición equivalente a la del tercer mundo. Un panorama «escandaloso» y «tremendamente sobrecogedor», según las palabras de Mas, del que culpó a los sucesivos gobiernos centrales (tanto del PP como del PSOE) y a los tripartitos de izquierda catalanes. Cree que solo puede revertirse si Cataluña se convierte en un estado y adquiere la plena soberanía fiscal para administrar sus recursos.

Durante un pleno monográfico sobre la pobreza y el aumento de las desigualdades en la cámara autonómica, Mas reivindicó de nuevo el proceso soberanista que emprendió hace quince meses como el único camino que puede seguir Cataluña para dotarse de «herramientas de país» que capaciten a la Generalitat para practicar una «política social en mayúsculas» que acabe con la pobreza. «Estamos cargados de responsabilidades, pero desnudos de instrumentos vitales para luchar contra la desigualdad», dijo. Las estructuras de estado que reivindicó son la facultad de recaudar todos los impuestos, tener el dominio de la tesorería y la plena «capacidad de decisión» a la hora de fijar el límite de déficit, es decir la plena soberanía financiera, así como también competencias para «legislar en temas básicos», como por ejemplo un decreto autonómico sobre pobreza energética que Mas denunció que el Gobierno central llevará al Constitucional.

«Lo que saldrá de aquí -señaló el presidente- es que nos dedicamos al proceso soberanista y nunca a atender a las personas, pero este debate liga perfectamente con el proceso político del país», insistió. El discurso de Mas tuvo su lectura en clave preelectoral, a escasos dos meses de los comicios europeos, en los que por primera vez Esquerra se puede llevar el gato al agua y confirmarse como la fuerza dominante en Cataluña. También se situó en un ambiente de campaña por el ‘sí’ a la independencia en la improbable consulta del 9 de noviembre y de creciente tensión entre gobiernos como consecuencia del desafío independentista. La reivindicación también fijaba posiciones de cara a una posible negociación con el Ejecutivo central en materia económica.

Hace una semana, Mas emplazó a Rajoy a negociar sobre el modelo de financiación, sobre ayudas al tejido productivo y sobre la ley de la dependencia. Ayer volvió a poner un especial énfasis en la ley de la dependencia, además de en la fijación del tope de déficit. Considera que si a Cataluña y al resto de las autonomías se le hubiera asignado un límite de déficit «justo» para este año podría disponer de 2.000 millones más para políticas sociales. En dependencia, acusó al Estado de haberse desentendido en la aportación de recursos y de abandonar a su suerte a las autonomías, que tienen que asumir de manera mayoritaria los costes de la aplicación de la norma.

El pleno escenificó que la alianza entre CiU y ERC goza de buena salud. La formación independentista renunció a sacar a relucir las vergüenzas del Gobierno catalán y coincidió asimismo en las soluciones. «España es un lastre demasiado grande para Cataluña. Desde Esquerra decimos basta. Queremos irnos. No queremos seguir en manos de los que nos expolian», expresó Oriol Amorós.

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