Cerca de 30 inmigrantes están durante horas encaramados a la valla de Melilla

Tras varias jornadas de relativa calma la valla de Melilla volvió a vivir ayer un nuevo intento de asalto masivo. A las 9.00 horas, un grupo de 200 inmigrantes intentaba acceder a la ciudad autónoma por el límite norte de la frontera.

La mayoría de ellos fueron rechazados por las Fuerzas Auxiliares y la Gendarmería marroquí antes de que consiguieran su objetivo de alcanzar suelo español. No obstante, 28 de los subsaharianos lograron alcanzar la valla y encaramarse a ella, donde permanecieron hasta diez horas.

A pesar de que varios de los inmigrantes presentaban cortes y contusiones, no se les llegó a prestar asistencia médica. En torno a las 11.00 horas llegó al lugar una unidad de la Cruz Roja que, tras diez minutos de discusión con los agentes allí destacados, se retiró sin prestar ningún servicio.

Tras más de seis horas, 18 de los inmigrantes, vencidos por el cansancio, solicitaron escaleras y procedieron a descender uno tras otro. Los otros diez no lo hicieron hasta pasadas las 19.00 horas, diez horas después de iniciar la protesta.

Según tocaron suelo, los inmigrantes fueron expulsados de inmediato por las puertas del vallado y entregados a las fuerzas marroquíes. Dos de ellos tuvieron que ser trasladados en camilla por las asistencias sanitarias del Hospital Hassani, en la provincia de Nador. Solo uno se quedó en España para ser trasladado a un hospital de la ciudad autónoma.

Durante las horas que resistieron en lo alto del vallado, de más de seis metros de altura, los inmigrantes profirieron gritos de «¡España, España!», y «¡Libertad, libertad!». También reclamaron a la Cruz Roja.