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UNA ACTUACIÓN POLÉMICA

Aguirre tira la moto del agente que le estaba denunciando y se da a la fuga

La ex presidenta afirma que la retuvieron 15 minutos porque sólo buscaban una «foto» .

La ex presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, en una imagen de archivo.

Publicado por
melchor sáiz-pardo | madrid
León

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Un vehículo policial arrollado, una persecución por las calles del centro de una gran ciudad y una denuncia en comisaría. No es un vídeo más de la Policía de Estados Unidos persiguiendo a un delincuente; es Madrid y la protagonista es su ex presidenta autonómica Esperanza Aguirre.

Ocurrió a las 16.40 horas. Según la versión de la denunciada, la actual presidenta del PP de Madrid aparcó su Toyota Auris de color blanco «menos de un minuto» en el carril bus en plena Gran Vía madrileña, junto a la conocida plaza de Callao, para sacar dinero en un cajero aprovechando que había un taxista estacionado dejando a un pasajero. Eso sí, con las luces de emergencia puestas y tras comprobar que no circulaba por la calzada «ni un alma».

Cuando Aguirre se disponía a arrancar dos agentes de movilidad -dependientes del Ayuntamiento para regular el tráfico en Madrid- le dieron el alto tras cruzar sus motos delante del Toyota. Los funcionarios reclamaron a la ex presidenta la documentación propia y la del coche para multarle con 200 euros, según la ordenanza de movilidad. «¿Multita y bronquita, ¿no?», aseguran que dijo tras pedir disculpas a los agentes.

La broma no aceleró desde luego los trámites y a la presidenta del PP madrileño debió parecerle que se demoraban en exceso. Es más, que sólo buscaban una «foto» del momento de la sanción, según sus propias palabras, porque llamaron a sus mandos y a otros agentes sin darle «explicaciones» de por qué debía seguir allí. La dirigente popular se quejó de lo que tardaban y, al parecer, los agentes le respondieron que si tenía algún «problema» con el «procedimiento» llamara a la alcaldesa Ana Botella.

La respuesta no debió tampoco agradar a Aguirre, que acto seguido, según fuentes del caso, soltó a un vigilante: «No les puedo dedicar más tiempo, que tengo prisa, si necesita algo, venga a casa» y arrancó el coche tras quince minutos de espera. El vehículo dio un golpe «sin querer» a una de las motos que «estaba malísimamente aparcada», en la versión de la ex presidenta. Un «pequeño roce», según la infractora denunciada, que luego, en una radio, insinuó que el scooter pudo caerse solo.

Y ahí comenzó la persecución por Gran Vía y el barrio de Malasaña porque Aguirre ni se paró tras el golpe. Una patrulla de los municipales y una de los agentes le dieron el alto, pero hizo caso omiso y siguió conduciendo a su casa, un palacete cercano en la calle Jesús del Valle, en pleno corazón de la capital, y allí se encerró.

Los guardias civiles que custodian la lujosa vivienda sí dieron la cara y se ofrecieron a rellenar un parte amistoso, a lo que la Policía Municipal se negó ya que no se trataba de un accidente, sino que pretendía denunciarla también por daños y quizás por darse a la fuga. Como Aguirre siguió sin presentarse, los municipales denunciaron a Aguirre en comisaría.

Según fuentes de la investigación, los agentes no consideraron preciso realizar control de alcoholemia a la ex presidenta de la Comunidad de Madrid pues no puso en riesgo la vida de otros conductores ni siquiera durante su huida a casa.

El Ayuntamiento de Madrid no quiso revelar si, además de por daños, los municipales denunciarán a Aguirre por desacato a la autoridad.

El consistorio que dirige Botella, quien no siempre ha tenido una relación fluida con Aguirre, salió en defensa de la «profesionalidad» de los agentes de movilidad que «tratan a todos los ciudadanos por igual».

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