Investigan un supuesto fraude millonario en cursos de formación en Andalucía
La operación Edu arrancó en 2012 tras una denuncia de la Seguridad Social en Málaga .
Los mandos de la Unidad contra la Delincuencia Económica y Fiscal (Udef) son incapaces de cuantificar hasta dónde llegaría el supuesto fraude con los cursos de formación en Andalucía. Pero ya avisan que la denominada operación Edu, que solo ha dado sus primeros pasos, podría superar los 140 millones del caso de los ERE fraudulentos.
La Policía investiga un presunto fraude de, al menos, decenas de millones de euros en cursos de formación de desempleados en Andalucía. En el punto de mira de los funcionarios y de los inspectores de Hacienda y la Seguridad Social están centenares de empresarios, miembros de la administración autonómica, sindicalistas, dueños de academias y falsos alumnos que se beneficiaron de subvenciones presuntamente malversadas. El origen de esta vasta operación, que va a llevar a mirar con lupa ayudas para cursos valoradas en 3.700 millones de euros, es una denuncia de hace dos años de la Seguridad Social en Málaga, que comprobó que había numerosos cursos que incumplían por sistema las condiciones. En particular, que las empresas beneficiarias, que debían contratar al menos al 60% de sus alumnos durante un semestre no daban de alta a casi nadie, aunque este requisito era obligatorio para obtener las ayudas.
Tirando del hilo
Los inspectores de la Seguridad Social siguieron tirando del hilo y se centraron en una quincena de empresas de la provincia de Málaga especializadas en impartir cursos a parados. Y comprobaron que buena parte esas firmas se dedicaban a embolsarse el 75% inicial de la ayuda pública que se pagaba por adelantado, pero que casi nunca reclamaban a la Junta de Andalucía el 25% restante que la administración entrega al controlar que el curso se ha celebrado cumpliendo con todas cláusulas.
La Seguridad Social, sin embargo, descubrió que muchos de esos ciclos formativos por los que ya se habían abonado las tres cuartas partes estaban llenos de irregularidades y que el Servicio Andaluz de Empleo (SAE) en muy pocas ocasiones había detectado esos incumplimientos reiterados. En muchos de esos cursos los alumnos jamás habían asistido a clases, en otros prometían empleo en empresas fantasmas o creadas ‘ad hoc’ y luego disueltas, otras empresas no cumplían con otros requisitos o simplemente jamás contrataban por seis meses a los alumnos previstos.