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Rajoy y Mas certifican durante un acto en Barcelona su diálogo de sordos

Reafirman sus posturas irreconciliables sobre la consulta y el desafío soberanista.

El presidente del Gobierno y el de la Generalitat durante sus respectivas intervenciones en el Foro de marcas renombradas españolas.

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cristian reino | barcelona
León

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Intervinieron en el mismo foro, en Barcelona, y estuvieron cerca de cruzarse en los pasillos del centro de convenciones de la feria de muestras, pero no hubo saludo. El presidente del Gobierno y el de la Generalitat se evitaron ayer en la ciudad condal y certificaron que ni hay diálogo entre ellos ni parece que vaya a haberlo a corto plazo.

El conflicto territorial ha enfrentado a ambas administraciones y cada uno se ha atrincherado en su posición: Mariano Rajoy exige a Artur Mas que para que haya un encuentro privado tiene que renunciar a la consulta y el dirigente nacionalista le replica que no puede echarse atrás porque se debe al mandato mayoritario de la ciudadanía, que le reclama poder votar. Nada hace pensar que la incomunicación se vaya a romper antes de las europeas, porque incluso parece que les favorece de cara a sus respectivos votantes.

Lo único que hay es un diálogo de sordos, como el que protagonizaron ayer en Barcelona. Con cruces públicos de declaraciones con las que ambos se reafirman en sus posiciones irreconciliables. Otro más, como los que interpretan desde que, en diciembre, Mas fijó la fecha y la pregunta de la consulta para el 9-N, momento en el que el Gobierno dio por rotos los contactos al máximo nivel. Los dos mandatarios participaron ayer en el decimoquinto foro de las marcas renombradas españolas. Mas intervino al mediodía y pudo haber aguardado tres cuartos de hora a que llegara Rajoy, pero, por motivos de «agenda», prefirió abandonar el recinto y esquivar al presidente. El último saludo público se produjo en octubre, cuando coincidieron y se estrecharon la mano, esa vez sí, en un acto del Foro Euromediterráneo en la capital catalana. Pese a todo, también en aquella ocasión, Mas se marchó antes de tiempo sin escuchar el discurso de Rajoy, pero antes departieron unos minutos.

Como siempre que viaja a Cataluña, el presidente del Gobierno hizo una explícita defensa de la unidad de España, en este caso en clave de éxito económico, frente a los riesgos de la independencia. «Esto es lo que estamos haciendo juntos y nadie debería obstruir esta senda sin explicar por lo menos los costes de caminar en sentido contrario», afirmó.

A la cabeza

Ante un auditorio formado por empresarios, algunos de ellos de las firmas locales de más renombre, Rajoy trasladó en Cataluña el mensaje de que en España ha llegado la recuperación y la «posibilidad única de situarse entre las grandes naciones del mundo». Sin hacer referencias directas al proceso soberanista y utilizando siempre los paralelismos con el mundo empresarial y la internacionalización de las compañías, Rajoy advirtió a Mas de que todo proyecto político o económico que no pase por la unidad está abocado al «fracaso». «Cerrarse en uno mismo y permanecer inmóvil a los cambios son ingredientes seguros para el fracaso», afirmó Rajoy.

El presidente de la Generalitat se anticipó a los argumentos de Rajoy y sacó pecho y exhibió algunos datos económicos que demostrarían, según el Gobierno catalán, que el proceso soberanista no está teniendo ninguna incidencia sobre la economía regional: aumento de las exportaciones y la inversión extranjera, alza del turismo, y el convencimiento de que Barcelona se ha convertido en la marca territorial más potente de España a nivel internacional. Mas evitó defender la consulta ante los empresarios, donde también moderó su discurso.

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