Navarro: "Cuando en un país el agredido se convierte en sospechoso, hay un problema muy grave"
El primer secretario del PSC censura que algunos partidos le acusen de intenar obtener rédito político del incidente que vivió el pasado domingo
El primer secretario del PSC, Pere Navarro, ha censurado este martes las críticas que ha recibido por parte de CiU, ERC e ICV, que este lunes insinuaron que trataba de sacar un rédito político de la agresión que sufrió el pasado domingo cuando asistía a una comunión en Terrassa. "Es gravísimo. Cuando en un país el agredido se convierte en sospechoso, hay un problema muy grave", ha asegurado Navarro en una entrevista en TVE.
El dirigente socialista ha insistido de nuevo en que el episodio que vivió en su localidad natal "es un síntoma de una situación de crispación que no disminuye", y ha puesto otros ejemplos como el asalto en la sede de la Generalitat en Madrid la pasada Diada, las pintadas en la puerta de la casa del 'president' Artur Mas, y los insultos y amenazas que sufren miembros de su propio partido.
A su juicio, este clima es el reflejo de la actitud que mantienen tanto el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, como el jefe del Ejecutivo catalán y ha recordado que el pasado jueves ambos mandatarios acudieron al mismo acto en Barcelona, pero en momentos diferentes del día. "¿Cómo es posible que ni se saludaran? Cuando ellos no dan ejemplo, esto se traslada al conjunto de la sociedad", ha asegurado.
Condena sin 'peros'
Asimismo, ha criticado la reacción de partidos como CiU, ERC o ICV, que han afeado a Navarro que ligase su agresión al proceso soberanista. "Yo soy el agredido, no tengo que dar explicaciones", ha subrayado antes de destacar que está "preocupado" por este tipo de reacciones. "Cuando se condena la violencia pero se lanza un 'pero', la condena ya no sirve. La violencia no tiene paliativos", ha añadido. También ha censurado que el líder de Esquerra, Oriol Junqueras, todavía no le haya llamado o enviado algún mensaje de apoyo.
Quien sí se interesó por la agresión, el mismo domingo, fue el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz. En su conversación telefónica, Fernández Díaz le relató el episodio que vivió el pasado 6 de abril cuando salía de un restaurante de Barcelona y una mujer le zarandeó y le llamó "fascista", y que relata este martes el diario 'El Mundo'.