En el módulo 7, en el módulo 10
Las dos primeras imputadas empeoran en su estado de ánimo y la dirección de la Prisión Provincial intensifica el protocolo anti suicidios para ambas por separado.
El furgón que trasladó a las acusadas a la Prisión Provincial en la madrugada del miércoles.
Sabedoras ya de que al menos mientras dure la instrucción del caso, madre e hija tendrán que permanecer en el Centro Penitenciario Provincial de Villahierro, Montse y Trinidad experimentaron un nuevo episodio de bajón anímico, en el caso de la madre se tradujo en la necesidad de intensificar el PPS (Protocolo de prevención de suicidios) y en el de la hija en una jornada de lágrimas abundantes. «No paró de llorar en todo el día», explicaron quienes asistieron a su primera jornada completa muros adentro.
Alojada una en el módulo 7 y la otra en el 10, especial para mujeres, las dos imputadas por el crimen empiezan a adaptarse la vida que les espera durante un tiempo en el centro. Los módulos de respeto, creados inicialmente a título casi terapéutico, están erigiéndose en una de las grandes propuestas que ofrece Villahierro.
No han trascendido muchos más detalles fidedignos de lo que ocurrió de puertas adentro en la primera jornada completa para las dos reas. Pero los expertos entienden que a medida que vayan pasando los días, mejorarán sus ánimos y la respuesta.
Factores de riesgo
El momento del ingreso en un establecimiento penitenciario es clave para la detección de posibles factores de riesgo o conductas suicidas, pero también, durante la estancia en prisión, los internos e internas son observados por cualquiera de los profesionales penitenciarios en los distintos ámbitos en que desarrollan sus actividades, que ponen en conocimiento cualquier información relevante al respecto. Por este motivo, se aplican sistemáticamente pautas de prevención a los grupos definidos de riesgo, detectar internos con problemas específicos que puedan derivar en una conducta autolítica, evitar el desenlace negativo de los internos incluidos en el protocolo de intervención y determinar claramente el proceso y pautas de intervención por parte de los distintos profesionales de vigilancia, tratamiento y sanidad son los asuntos más importantes que se abordan en estas cuestiones. Semanalmente se evalúa la evolución del caso, acordando el mantenimiento en el programa, la modificación de las medidas adoptadas, o en caso de dejar de existir riesgo, la baja en el mismo.
Existe una cierta preocupación por los asuntos relacionados con este aspecto, aunque se considera que después de este fin de semana, la situación será evidentemente diferente y que las cosas se irán arreglando con el paso del tiempo. Previsiblemente.