Diario de León

EL CRIMEN DE ISABEL CARRASCO

17.17, la hora de un crimen de bajos fondos donde la ciudad va de paseo

Una semana después del asesinato de Isabel Carrasco el crimen parece resuelto pero se abren todas las incógnitas políticas

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SUSANA VERGARA PEDREIRA | LEÓN
León

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A las 17.17 del lunes 12 de mayo, la ciudad que no trabaja estaba como de costumbre de paseo por la orilla del Bernesga. Por arriba, en los paseos ajardinados que llevan el nombre de la poderosa Condesa de Sagasta, los niños que no están en edad escolar y los jubilados. Por abajo, sobre el tartán rojo, el León en chándal haciendo bicicleta o corriendo.

A esa hora se dieron cita las dos ciudades que viven en León. La de la vida 'normal', preocupada por el día a día, y la 'subterránea', la de los delitos, la mafia y la delincuencia.

Tres tiros impactaron a la ciudad. “Pum, pum, pum”. Así lo escuchó el policía jubilado que impidió un crimen perfecto a plena luz del día. “Mira, Isabel Carrasco”, le dijo su esposa. Fue la última vez que la mujer más poderosa de León estaba erguida. Cayó desplomada sobre la pasarela del río Bernesga. El estupor se reflejó en la cara de quienes se acercaron a reconocer a la mujer abatida a tiros. Y también en sus gestos. Se llevaban las manos a la cabeza. Era la presidenta de la Diputación y la mujer que gobernaba con mano firme y voz de mando en León el partido en el poder. Por increíble que pareciera.

Un crimen en plena calle que, por primera vez en la historia del España, no era un atentado terrorista ni un magnicidio. Mientras el cuerpo de Isabel Carrasco era cubierto por una sábana blanca que apenas dejaba ver sus zapatos de plataforma en rosa chillón y su bolso con dibujo de leopardo, dos mujeres se apresuraron a salir del paseo. Deprisa pero sin correr. No sabían que estaban siendo seguidas de cerca. Por un policía jubilado de paseo que echó a correr para impedir que Monserrat González y su hija Triana quedaran impunes. Dos mujeres del León de las apariencias, afiliadas al PP de toda la vida, con vida social y sin grandes apuros económicos, esposa e hija de un inspector jefe de la Policía Nacional en Astorga que compraron el arma en el mercado negro en Gijón a un toxicómano fallecido y a las que se ha encontrado en un trastero kilo y medio de marihuana. Todo para vengarse de la mujer que echó a 'la niña' de la carrera política y de la Diputación.

El resto es sabido. Una policía local está implicada también en el crimen. Las tres están en la cárcel en Mansilla de las Mulas. La prueba de parafina acaba de dejar claro que fue Monserrat, la madre, la autora confesa, la que disparó a Isabel Carrasco. Un tiro por la espalda, dos para rematarla en el suelo, uno de ellos en la nuca y el otro en la cabeza, otro más que erró y una quinta bala que se encasquilló en el revólver, una Taurus 32 HR magnum, un arma de señora para un crimen de bajos fondos.

Cerrado el caso por la violenta muerte a tiros de Isabel Carrasco se abre ahora el de la sucesión de la mujer más poderosa de León.

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