Diario de León

El PSOE busca a su redentor

La imposibilidad de parar el clamor de las bases para que su voto sea directo aboca al partido a un congreso menos controlado por los dirigentes y abierto a más aspirantes.

Susana Díaz se perfila como la mejor situada para ocupar la secretaría general.

Susana Díaz se perfila como la mejor situada para ocupar la secretaría general.

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paula de las heras | madrid
León

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Era la Navidad de 2011. El PSOE venía de encajar la más contundente derrota de su historia con Alfredo Pérez Rubalcaba como candidato a la Presidencia del Gobierno y el partido buscaba un referente. En aquel momento de desorientación, muchas miradas se dirigieron hacia el diputado vasco Eduardo Madina, de 35 años. También la de Susana Díaz, dos años mayor. Durante cuatro días, entre el 28 de diciembre y el 2 de enero, la entonces secretaria de Organización de los socialistas andaluces, llamó con insistencia al teléfono del número dos del grupo parlamentario, que había decidido desconectar unos días en Tánger, para tratar de convencerle de que diera el salto en el congreso federal que tendría lugar en Sevilla el primer fin de semana de febrero. «Tú eres el único candidato que garantiza la unidad, tienes que hacer una apuesta generacional; sé valiente», le decía. «Este tren no pasará otra vez».

Díaz no hablaba a humo de pajas. Carme Chacón y Alfredo Pérez Rubalcaba le habían dejado claro que, si Madina presentaba su candidatura a la secretaría general del PSOE, ellos darían un paso atrás. Ninguno de los dos despertaba gran entusiasmo en una formación que clamaba por la renovación. Pero el argumento no fue suficiente para él. Dijo ‘no’, defienden en su entorno, como «tributo» a un partido que reverencia. En aquel momento, no creía poder estar a la altura. Dos años y medio después, las cosas han cambiado. El PSOE vuelve a estar hecho unos zorros y el diputado vasco asegura tener un «proyecto de transformación histórica» para España. Pero los poderes fácticos de la formación -famélicos poderes fácticos, habría que matizar- han puesto su mirada en la hoy poderosa presidenta de la Junta de Andalucía.

Con la excepción del asturiano Javier Fernández y el extremeño Guillermo Fernández Vara, curiosamente los únicos que resistieron el envite de las urnas en las elecciones del pasado domingo, todos los barones claman su nombre. Argumentan que Díaz representa lo que el partido necesita y lo que, ciertamente, no ha tenido durante estos dos años y medio: un liderazgo fuerte, un discurso potente y reconocible, capacidad para generar entusiasmo y habilidad para coser las heridas, como hizo en el fracturado PSOE andaluz. En su contra: no será fácil compatibilizar la presidencia del gobierno autonómico con la secretaría general y no tiene un escaño en el Congreso para protagonizar los debates contra Mariano Rajoy.

La dirigente andaluza, un animal político nacido para mandar, según asegura quien la conoce, se ha labrado un perfil nacional desde que fue ungida por José Antonio Griñán como su sucesora.

La salida en tromba a favor de su designación, protagonizada el jueves por un nutrido grupo de barones trataba de hacer su paso adelante inevitable. Pero en el PSOE andaluz llevan toda la semana diciendo que Susana Díaz daría el salto sólo si se garantiza la unidad del partido. Y en el PSOE actual, pocos líderes regionales pueden garantizar que su federación les seguirá a pies juntillas. Eso sin contar con que -salvo que alguien lo impida en la ejecutiva del lunes- el congreso extraordinario del 19 y 20 de julio no será un congreso al uso; escuchará la voz de todos los militantes y eso lo hace algo más impredecible.

El voto directo por el que peleó Madina, sabedor de que recogía un clamor de las bases en contra del que ningún dirigente osaría hablar en público, da una oportunidad a opciones distintas de las cocinadas en las cúpulas. Por lo pronto, podrá presentar su candidatura quien sea avalado por en torno a 10.000 militantes (el 5% del total) y nadie podrá sobrepasar un umbral determinado. Madina es aspirante seguro y ayer anunció su intención de concurrir por la debilitada corriente Izquierda Socialista José Antonio Pérez Tapias. Queda por ver si los que ya se preparaban para las primarias, el diputado Pedro Sánchez y la ex ministra Carme Chacón, se lanzan. Quienes tienen responsabilidades orgánicas afirman, aún así, que si Susana Díaz da el ‘sí’ su victoria está asegurada, con independencia del formato.

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