Una cumbre secreta decidió el plan el jueves
Mariano Rajoy volvió a demostrar que sabe guardar, y hacer guardar, un secreto de Estado. A las nueve y media de la mañana, la Secretaría de Estado de Comunicación envió un escueto mensaje que escondía una de las noticias institucionales de mayor calado: la abdicación del Rey.
El Monarca convocó el jueves una cumbre a la que asistieron Rajoy, el jefe del principal partido de la oposición, Alfredo Pérez Rubalcaba y el heredero don Felipe. Sopesaron el día del anuncio y el calendario posterior, según fuentes del entorno del presidente. Rajoy sabía desde marzo de la intención de don Juan Carlos, pero no hubo ninguna filtración hasta minutos antes de las diez y media de la mañana, momento en el que comenzó su alocución con gesto sereno.
«Su Majestad acaba de comunicarme su voluntad de renunciar al trono y abrir el proceso sucesorio», espetó. El jefe del Ejecutivo advirtió de que no iba a motivar esta decisión —tampoco admitió preguntas—, porque deseaba hacerlo el propio protagonista, tal y como hizo dos horas y media más tarde.