Cerrar

relevo en la corona española Los otros frentes de la monarquía

Rajoy pide a los partidos altura de miras en un momento capital

Advierte a CiU de que no es momento de «políticas pequeñas».

Publicado por
a. montilla | vidago (portugal)
León

Creado:

Actualizado:

Mariano Rajoy, tras presidir junto al primer ministro de Portugal Pedro Passos Coelho, la XXVII Cumbre Hispano-Lusa en la ciudad portuguesa de Vidago, quería hablar de economía. En concreto, de cómo las reformas y los ajustes de su Gobierno habían devuelto a España a la senda del crecimiento y habían permitido a Portugal librarse de la severa tutela que le impuso Bruselas tras ser rescatado como país por la Unión Europea. Pero el presidente del Gobierno llevaba dos meses y medio sin ofrecer una rueda de prensa y, además, tan sólo 48 horas después de que el rey anunciase su abdicación en favor de su hijo, el príncipe Felipe. Por todo ello, el jefe del Ejecutivo tuvo que responder a cuatro preguntas relacionadas con el relevo en la corona y con el incipiente debate entre monarquía y república que, de momento, sólo impulsan partidos minoritarios de izquierda.

Rajoy se mostró satisfecho del notable apoyo, más del 87% de los diputados del Congreso, con el que saldrá adelante la ley orgánica que regula la abdicación del monarca. Un consenso que confía en mantener durante todo el proceso sucesorio porque España vive un «momento muy importante» de su historia. «España tiene una democracia avanzada y unas instituciones fuertes que estarán a la altura de las circunstancias», remachó.

Unas miras que también reclamó a todos los partidos del arco parlamentario, aunque dejó claro que, a su juicio, CiU y el PNV están practicando «política pequeña» sin ser el momento para ello.

Rajoy arremetió con dureza, sobre todo, contra la formación que dirige Artur Mas, tras anunciar su abstención en el pleno que formalizará la abdicación del rey. Se centró en el nacionalismo catalán porque formó parte, a diferencia de los nacionalistas vascos, del consenso constitucional de 1978. Por el tono, pero sobre todo por el contenido del reproche que dedicó a CiU, el presidente del Gobierno transmitió la sensación de que se sentía traicionado por los nacionalistas catalanes.

Al mandatario español le interpelaron sobre si temía que el relevo en el liderazgo del PSOE pudiera avivar en esta formación el debate entre Monarquía y República en España. Eludió responder sobre la cuestión, pero expresó su total confianza en que podrá renovar el consenso que tiene ahora con el principal partido de la oposición en temas que afecten al corazón del Estado.

Cargando contenidos...