Diario de León

LA ABDICACIÓN DE JUAN CARLOS I

El rey se despide del Ejército entre aplausos y vítores a la monarquía

Homenaje popular en su último Día de las Fuerzas Armadas como jefe del Estado

El príncipe de Asturias y el rey entre la princesa Letizia y la reina Sofía, en el acto central

El príncipe de Asturias y el rey entre la princesa Letizia y la reina Sofía, en el acto central

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M. SÁIZ-PARDO | MADRID
León

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Estaba diseñado para ser un acto castrense más, otro evento formal que, como cada año, presidía el rey. Pero el anuncio de la abdicación lo cambió todo. Eso sí, sin que cambiara el protocolo. El Día de las Fuerzas Armadas en Madrid se convirtió, además de en una sencilla e improvisada despedida de al comandante en jefe a su Ejército, en un espontáneo homenaje popular a don Juan Carlos por parte de los cientos de ciudadanos que acudieron a presenciar el austero desfile y las honras ‘a los que dieron su vida por España’.

La presencia del todavía jefe del Estado en el paseo del Prado encendió las gargantas de los presentes quienes, durante los 22 minutos que duró el homenaje a los caídos y la parada militar, no dejaron de dar vivas a la monarquía, al rey, a la reina y a los Príncipes de Asturias. Don Juan Carlos, con evidentes problemas de movilidad y ayudándose en todo momento de un bastón, se mostró, sin embargo, animado y agradeció las muestras de afecto con varios saludos y una sonrisa.

No era un Día de las Fuerzas Armadas más y se notó. Y no por el hecho de que el acto fuera diferente. En realidad, nadie en el Ministerio de Defensa sospechaba hace tan solo una semana que el desfile y las honras, programadas desde hace meses, iban a ser los últimos eventos castrenses que presidiera el todavía jefe del Estado.

Fue diferente porque hubo mucho más público y más ruidoso que en otras ocasiones, a pesar del intenso calor que hizo al mediodía en la capital. Era la primera oportunidad de la ciudadanía de ver en persona al rey tras su renuncia y la gente aprovechó.Una muchedumbre que hizo ondear banderas constitucionales y que no paró de aplaudir, y a la que el Ministerio de Defensa situó bastante más cerca de las autoridades que en años pasados. Esa proximidad física se percibió en el acto de adiós de los tres ejércitos, la Guardia Real y la Guardia Civil de quien ha sido su comandante supremo, con rango de capitán general, durante los últimos 39 años.

El monarca estuvo acompañado por doña Sofía y los Príncipes de Asturias. El ‘Homenaje a los que dieron su vida por España’ era la primera vez que se veía a los actuales y a los futuros reyes juntos tras el anuncio de la abdicación del pasado lunes.

El año que viene ya será Felipe VI, que ayer vestía de capitán de fragata de la Armada, quien presida el Día de las Fuerzas Armadas. En el mismo momento en que ascienda el trono, el actual Príncipe de Asturias, según establece el artículo 62 de la Constitución, se convertirá automáticamente en comandante en jefe de los ejércitos con rango de capital general.

Austeridad

La despedida castrense al rey fue austera. Los actos costaron 139.000 euros, un 17% más que en 2013, pero cifras muy alejadas de las de antes de la crisis, cuando estas jornadas se celebraban en diferentes ciudades y con un despliegue de medios militares y armamento muchísimo mayor.

Las honras corrieron a cargo de una compañía de la Guardia Real. Luego hubo un desfile, de no más de 500 efectivos, de los tres ejércitos, la Guardia Civil y la Guardia Real, que marcharon por la plaza de la Lealtad de Madrid, junto al Museo del Prado. El acto, breve, incluyó una batida, en su 75 aniversario, de la Patrulla Águila, que dibujó la bandera de España en el cielo.

Tras el desfile, el Monarca se mostró animado y departió con algunas de las autoridades presentes en el acto, tales como los ministros de Defensa e Interior, Pedro Morenés y Jorge Fernández; o el director general de la Guardia Civil, Arsenio Fernández de Mesa.

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