Diario de León

El PSOE teme una respuesta tibia de sus bases que aboque a otro congreso fallido

Ferraz pondrá en marcha el martes una campaña interna para animar a votar al líder del partido .

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paula de las heras | madrid
León

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Los socialistas están llamados a reforzar con su voto la figura de un secretario general que tiene una tarea enorme». Ese fue el mensaje que lanzó Alfredo Pérez Rubalcaba el pasado jueves en su primer y único encuentro con militantes desde que el 26 de mayo anunció que lo dejaba, que ya había comprendido que él no era el líder que necesitaba el PSOE y que se mantendría en su puesto de manera casi interina hasta que un congreso extraordinario designe a su sucesor. Viniendo de él, un secretario general permanentemente cuestionado primero por quienes perdieron el 38 Congreso (prácticamente la mitad del partido, con su bastión, Andalucía en primera línea) y después incluso por algunos de quienes fueron sus apoyos, el comentario tiene mayor enjundia.

El principal partido de la oposición, debilitado tras varias contundentes derrotas que han dejado su suelo electoral en un exiguo 23% de los votos, se enfrenta con más temor que entusiasmo a su primer proceso de voto directo para elegir a un secretario general del partido. No ya por lo que pueda salir - y eso que los candidatos con más posibilidades, Pedro Sánchez y Eduardo Madina, son en cierto modo una incógnita que aviva el recelo de algunos ‘barones’ a lo que llaman un ‘Zapatero bis’ - sino porque son muchos los que aseguran que se detecta poca movilización entre las bases. Al menos así fue durante la fase previa a la oficialización de las candidaturas. «Digamos que los afiliados no se mataban por ir a avalar a nadie», admite un dirigente territorial.

Si se tiene eso en cuenta, el porcentaje de avales fue considerable. Casi el 40% de los poco más de 197.400 inscritos en el censo del PSOE firmaron a favor de uno de los tres aspirantes que pasaron el corte.

Manías y votos

Pero la cifra se debe, fundamentalmente, al esfuerzo realizado por los ‘aparatos’ del partido, que dejaron bien retratadas sus filias y, sobre todo, sus fobias personales. En la docena de territorios cuyos líderes vieron frustrado el deseo de que la andaluza Susana Díaz fuera erigida líder nacional por el exitoso órdago de Madina para dar voz y voto a los militantes venció con mayor o menor holgura Pedro Sánchez (Andalucía, Aragón, Canarias, Castilla León, Castilla- La Mancha, Comunidad Valenciana, Galicia, Madrid, Navarra, País Vasco y La Rioja) ; en Extremadura, Asturias, Cataluña, Cantabria y Murcia venció el vasco. Y José Antonio Pérez Tapias tuvo buena respuesta en varias federaciones clave. «Avalar es mucho más fácil que votar -admite un afín a Sánchez-, no te exige desplazarte, y lo puede hacer otro por ti, si tú le das el consentimiento, sin mayor esfuerzo». La duda está en si el 13 de julio, el día que se abren las agrupaciones para que los militantes voten, habrá suficiente gente dispuesta a moverse de casa o de su lugar de veraneo para votar. ¿Qué es suficiente? Nadie se atreve a ofrecer un número por aquello de que en política los triunfos y las derrotas se magnifican o aminoran en función del previo juego de expectativas. Pero los equipos de los candidatos admiten que sería preocupante no alcanzar una participación del 60%.

El futuro líder del PSOE necesita ganarse un respaldo sólido para disponer de cierta autonomía y emerger ante los ciudadanos como una voz con autoridad. En algunos sectores del partido se empieza agitar incluso el fantasma de una gestora si el escenario resulta decepcionante, o sea, si finalmente los militantes que participan en la elección son menos o no superan holgadamente a los que avalaron. Pero son pocos los que dan crédito a esa amenaza.

Mejor que el ‘dedazo’

Y desde Ferraz, que vela por la neutralidad y buena marcha del proceso, lanzan un mensaje de tranquilidad. «Deslegitimar el proceso por baja participación es imposible, incluso en el peor de los casos el próximo secretario general podrá esgrimir el apoyo directo de más de decenas de militantes y eso es algo que no tiene nadie y que le dará fuerza. Más aún frente a un Rajoy elegido por el dedazo de Aznar», defiende el secretario de Organización, Óscar López.

Pretenden que no tenga coste (todo el proceso congresual ya le va a costar 120.000 euros) y consistirá en un envío de correos con información sobre los centros de votación y el lanzamiento de una web específica. Dado que julio es un mes «nefasto», también se permitirá el ‘voto desplazado’.

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