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negativa del número dos

El diputado Madina rechaza formar parte de la nueva dirección del PSOE

Pide a Sánchez que integre a quienes le apoyaron en la carrera por la secretaría general .

Madina y Sánchez el día del debate de los candidatos.

Publicado por
Paula de las Heras | Madrid
León

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Eduardo Madina había lanzado ya numerosas señales sobre sus intenciones de echarse a un lado en caso de resultar vencido en la carrera por la secretaría general del PSOE, pero quedaba por saber si Pedro Sánchez sería capaz de convencerle para que se sumara a su ejecutiva. Y no lo hizo. El aún número dos del grupo parlamentario socialista dejó ayer claro al que hasta hace cuadro días era su rival que no quiere cargo alguno. «Quiero dedicar el tiempo que resta de legislatura a trabajar en el escaño para la circunscripción por la que fui elegido, la de Vizcaya», zanjó.

La negativa de Madina no ha sido del todo entendida en algunos ámbitos del partido. El dirigente vasco logró el apoyo de 46.439 militantes en la votación del pasado domingo, un 36,19% de los que participaron. No es una cantidad en absoluto despreciable si se tiene en cuenta que Sánchez se hizo con el 48,69% de los votos, con 62.477 papeletas, y José Antonio Pérez Tapias, con un 15,12% al reunir 19.381 votos. Por eso hay quien sostiene que no debería dar un paso atrás.

Incluso en su entorno han intentado persuadirle de que no lo haga. «Al final -le dijo en la misma noche de la derrota uno de sus principales colaboradores- vamos a hacer de ti un líder». Él, acostumbrado ya a pisar el freno cuando otros le animan a saltar, parece convencido sin embargo de que ha llegado el momento de pasar esa página para siempre, aunque eso le obligue a combatir la idea de que deserta de sus responsabilidades. «Voy a ayudar al PSOE a que en este periodo de tiempo recupere fuerza para llegar a las próximas generales en condiciones de ser alternativa a un gobierno de derechas que es causante de muchos de los males de este país», defendió.

En el brevísimo encuentro, pidió también además que se cuente con quienes estuvieron de su lado. «Ha habido mucha gente de enorme valía trabajando en todas las candidaturas, y también en la mía -dijo Madina- y a mi me gustaría que hubiera gente que formara parte del próximo capítulo orgánico que abrirá este partido a partir del día 27».

No está claro con qué personas del equipo de Madina podría intentar contar el nuevo secretario general. En todo caso, los más significados a favor del vizcaíno fueron la gallega Laura Seara, con quien los ‘pedristas’ no mantienen precisamente buena relación, la canaria Patricia Hernández, el exvicepresidente de la Junta de Extremadura, Ignacio Sánchez Amor, con buena consideración en el partido, y el ex secretario general de la presidencia del Gobierno y actual enviado de la UE para Libia, Bernardino León.

Debate aparcado

También Pérez Tapias, miembro de Izquierda Socialista, defendió que su corriente debe tener una «representación adecuada» ya sea en la ejecutiva como en el Comité Federal. En los últimos años ha sido prácticamente liquidada de todas las listas electorales y los órganos de dirección, así que este congreso ha supuesto ya una gran victoria. En todo caso, no está claro que el granadino quiera entrar en la dirección de Sánchez.

De lo que sí se desentendió Tapias fue de la otra polémica del momento. Madina no se resistió a defender que las primarias abiertas a la ciudadanía se celebren en noviembre a pesar de que las principales federaciones del partido se oponen a esa idea y las que la comparten, como Extremadura o Asturias, no tienen interés en abrir una batalla a cuenta de la fecha.

La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, lanzó ayer un mensaje para que se aparque ya ese debate que, a su juicio, y al de otros barones no conviene en absoluto al partido. Dicen que ahora que se ha resuelto la crisis de liderazgo hay que hablar de lo que preocupa a los ciudadanos. Por eso tampoco interesa mantener viva esa idea de que la líder de los socialistas andaluces está al acecho para hacerse con el poder en cuanto le venga bien.