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La UE desaconseja cambios, a menos de un año de los comicios, en la ley electoral

Instituciones continentales señalan que esta reforma socava el proceso democrático.

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A. Azpiroz | Madrid
León

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Si el Gobierno y el Partido Popular deciden finalmente realizar antes de mayo la reforma electoral para que gobierne el alcalde más votado lo harán en contra del criterio de los organismos europeos de los que España es miembro. La Unión Europea, el Consejo de Europa y la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) recomiendan no abordar cambios de este tipo cuando falte menos de un año para la celebración de unos comicios.

En contra de este criterio, la cúpula del PP aboga por llevar adelante la modificación cuando apenas restan nueves meses para las próximas municipales e, incluso, no descarta hacerlo en solitario si el resto de partidos, como han anticipado, le dan la espalda. Según refleja el Manual de Observación Electoral de la UE, cualquier enmienda del régimen electoral deberá acordarse de manera «consensuada e incluyente» y gozar del respaldo tanto del partido del Gobierno como de aquellos que conforman la oposición. Es seguro que este primer requisito ya no se dará en el caso de la propuesta que el PP pretende llevar al Congreso en septiembre ya que ninguna otra fuerza está dispuesta a apoyarla.

Las reglas del juego

Además, el manual señala que «la certidumbre y la transparencia en un proceso electoral se refuerza cuando el marco legal está establecido mucho antes de la fecha para la que ha sido anunciada la elección». De esta forma, la UE advierte de que «las reglas del juego» no se pueden cambiar a menos de doce meses de la cita con las urnas. El Consejo de Europa, organización que integra a todos los países del continente y que tiene como objetivo la defensa e impulso de los valores democráticos, fija también el año de antelación como límite para llevar a cabo una reforma de este calado. La Comisión de Venecia, uno de sus organismos dependientes, establece que, si las normas se cambian con frecuencia, «los votantes pueden llegar a pensar, con razón o sin ella, que el derecho electoral es un instrumento que manipulan a su favor quienes ejercen el poder». Añade que no sólo deben evitarse maniobras interesadas sino también los hechos que aparenten que se estén llevando a cabo. La Comisión de Venecia concluye que, aunque no haya voluntad de manipulación por parte del Gobierno de turno, «los cambios —a menos de un año de las elecciones— darán la impresión de que están dictados por intereses partidistas».

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