Diario de León

El peor momento para celebrar la Diada tras la confesión de Jordi Pujol

Los soberanistas aspiran a una demostración de fuerza superior a la de 2013.

Publicado por
cristian reino | barcelona
León

Creado:

Actualizado:

Cataluña ha entrado en lo que en la terminología de Artur Mas se define como el territorio desconocido. Un trimestre de vértigo con tres fechas señaladas en rojo en el calendario, 11 y 19 de septiembre, y 9 de noviembre, y que marcará, ya sea como empujón definitivo hacia la ruptura o como el inicio del fin del proyecto soberanista de Mas.

Casi los únicos que se atreven a hacer pronósticos sobre el resultado final del proceso son los independentistas, que no dudan en proclamar a los cuatro vientos que la Diada del próximo jueves será la última de Cataluña como comunidad autónoma dentro de España. Será la manifestación «definitiva», según la Asamblea Nacional Catalana, que cree que dentro de un año ya no tendrá nada que reivindicar porque estará en marcha la construcción del nuevo estado. El soberanismo tiene prisa y siente que está ante su gran oportunidad. A tal punto lo creen que la ANC y Ómnium Cultural, organizadoras de la ‘V’ humana del 11-S, están poniendo toda la carne en el asador para que la concentración en las calles de Barcelona sea un éxito y rampa de lanzamiento de la consulta. «Estamos a punto de dar el paso más importante de nuestra historia: votar y ganar el próximo 9 de noviembre», señalan sin asomo de duda desde la Asamblea.

Pero su objetivo es tan ambicioso, celebrar la concentración «más masiva de la historia en Europa», que si no lo consiguen se puede volver en su contra. Un ex dirigente de Esquerra, ex diputado en Madrid y ahora apartado de la primera línea no tiene dudas: «Será un éxito absoluto. Si el año pasado participaron 1,6 millones en la Vía catalana (600.000, según la Delegación del Gobierno y 800.000 según un recuento que hizo Societat Civil Catalana de la cadena humana), este año pueden superar los dos millones».

El listón de 2012 y 2013 es complicado de superar, coinciden fuentes del PSC y del PP catalán. Los socialistas no se atreven a vaticinar un «pinchazo», pero sí creen que habrá «menos» participación. «Sería razonable que vaya menos gente», apuntan también fuentes del PP.

Se habla de agotamiento y desconfianza en unas fuerzas políticas a las que no ven capaces de consumar el desafío y sobre todo se habla de Jordi Pujol, el indigesto convidado de la Diada. El hombre que con su confesión ha puesto patas arriba a su partido, ha herido la alianza entre CiU y Esquerra y puede que también el proceso soberanista. Será el recuerdo de la batalla de 1714 más ambicioso, pero también el más arriesgado porque llega en el momento más delicado para el independentismo.

Desde la ANC, en cualquier caso, niegan que el caso Pujol vaya a afectar a la movilización del 11-S. «Pujol era el símbolo de Cataluña y ha causado un impacto terrible. Pero una vez que ha pasado el golpe, su caso reactivará a la gente porque el proyecto independentista es de regeneración y de creación de un país nuevo en el que no cambien los ‘pujoles’», apuntan.

La movilización se pondrá a prueba en cinco días con la Diada. La unidad, una semana después, el 19 de septiembre, cuando el Parlamento catalán aprobará la ley de consultas y acto seguido, de acuerdo a la hoja de ruta pactada, Mas firmará el decreto de convocatoria del referéndum. Hasta ese límite, el compromiso del presidente de la Generalitat es firme. A partir de ahí viene al confusión.

Llegados a este punto, Mas solo ha asegurado que la decisión que tome será consensuada entre CiU, Esquerra, Iniciativa y la CUP, los cuatro partidos que impulsan la consulta.

A día de hoy, quien tiene todas las papeletas de ganar es Junqueras, que podría liderar una coalición de Esquerra y la Convergència más soberanista, junto a la sociedad civil para impulsar la declaración unilateral de independencia.

tracking