La última macrooperación policial provoca una cascada de dimisiones
La operación Púnica se ha cobrado ya sus primeras piezas en las instituciones. El socialista José María Fraile, alcalde de Parla y amigo de la infancia del actual secretario general del partido en Madrid, Tomás Gómez, dio ayer su brazo a torcer y formalizó su dimisión. Lo mismo hicieron el regidor de Torrejón de Velasco y el director de la agencia de Informática de la Comunidad de Madrid, José Martínez Nicolás, detenido el martes. Antes ya dio el paso el concejal adjunto de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Móstoles, Alejandro Utrilla.
En el alero está además el presidente de la Diputación de León, Marcos Martínez. Si se cumple el pronóstico del PP de Castilla y León, Martínez imitará a la directora del Instituto de Turismo de Murcia, Mariola Martínez, el jefe de gabinete del consejero de Industria y Turismo de esa comunidad, José Fidel Saura y la directora del Info, Reyes Samper, que ya hicieron efectiva su renuncia hace unos días.
El caso de Fraile es especialmente relevante para el PSOE porque ha puesto en una situación muy complicada a su líder y candidato a la presidencia de la región cuando apenas quedan siete meses para unas elecciones que ya de por sí se presentaban complicadas, con Podemos pisándole los talones. El Partido Popular nunca había estado tan débil en Madrid pero los socialistas no parecen capaces de sacar muchos réditos de esa situación.
Fraile, detenido el lunes, quedó en libertad ayer tras pagar una fianza de 60.000 euros. Él niega su implicación en los hechos que le atribuye el auto del juez Eloy Velasco, la adjudicación de un contrato de eficiencia energética por 54.659 euros a la empresa Cofely, que «encubrió el pago de la comisión pactada» por el empresario David Marjaliza.