Perfil | Pedro García-Calvo
El magistrado bañezano que cazaba con Granados
Del germen de la Púnica se rescatan ahora eventos cinegéticos que reunían a empresarios, políticos y ejecutivos. Y un magistrado bañezano, Roberto García-Calvo, un látigo para los socialistas en el Tribunal Constitucional, que aparece en los eventos.
Los de la Púnica se juntaban en una mesa de póker, y alimentaban otras costumbres excéntricas, prohibitivas para gentes que disponen de un poder adquisitivo corriente, modesto, limitado. Cacerías con fin de fiesta en el que el cátering se servía a base de marisco, transportado en helicóptero para la ocasión. En ese espacio aparece una segunda referencia leonesa en el asunto, que desde el pasado lunes ocupa portadas y devora toda la actualidad informativa. El bañezano Roberto García-Calvo era magistrado del Tribunal Constitucional cuando acudió a eventos cinegético en que tenía entre otros compañeros de armas a Francisco Granados (entonces consejero de la presidente de la Comunidad de Madrid en el gobierno de Esperanza Aguirre) y hoy diana en la investigación contra la trama de corrupción abierta por el juez Eloy Velasco que ha dado en la cárcel con varios imputados. García-Calvo fue uno de los tres magistrados del Constitucional con vínculos en La Bañeza (además de Begué Cantón -designada en 1980- y Emilia Casas). La presencia del magistrado en las citas, además de por la compañía que detallaron periódicos digitales, era relevante porque García-Calvo lideraba en aquella época una ofensiva contra la presidenta del tribunal, Emilia Casas, a cuenta del recurso de inconstitucionalidad del PP contra el Estatuto de Cataluña. Aquellas referencias reverdecen hoy plenas de actualidad, por la coincidencia de la nómina de asistentes y la lista de nombres que nutren el sumario del caso Púnica. El nombre de García-Calvo está recogido en el un manuscrito que firmó y redacto David Merino, ejecutivo de un grupo empresarial que fue testigo de las cacerías en las que se negociaban adjudicaciones de obras. En uno de esos relatos que entregó a Manos Limpias detalla cómo y quiénes se sentaban en una mesa de póker; entre ellos David Marjaliza, de sobra conocido desde el lunes por quienes siguen la actualidad diaria del caso Púnica. ¿Y el magistrado del Constitucional? Falleció en mayo del 2008, cuando podía preparar un voto particular contra la ley de violencia de género, según público la revista Época; medio año antes de su muerte fue denunciado por amenazar a un conductor con una pistola , en un incidente de tráfico. «No sabes con quién te metes, soy juez», relató el afectado. La prensa conservadora alimenta informaciones de que aquel hecho fue un montaje orquestado por el gobierno de Zapatero, para desprestigiar al magistrado bañezano. Aficionado a la caza, su presencia en algunas de las monterías que organizaron los propietarios del grupo Dico, que corrían con la factura, levanta ahora más notoriedad que cuando se produjo; y no sólo porque en una de ellas Granados ofició el rito de las bodas de sangre, cuando extrajo las vísceras de un jabalí y se las puso a David Merino en la cabeza, que luego detalló las juergas que acabaron en manos del fiscal. Granados, el de la Púnica.