Rajoy defenderá que él ha garantizado los servicios básicos en Cataluña
La ofensiva política con la que el Gobierno pretende enmendar su estrategia de perfil bajo en Cataluña, en un intento de contrarrestar ese efecto revigorizante que el 9-N ha tenido sobre Artur Mas, ya está en marcha y tiene una línea clara. La expuso ayer, desde el Palacio de la Moncloa, la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría. «La Generalitat ha hecho del discurso independentista o soberanista su única línea de actuación, pero los ciudadanos tienen necesidades y ha sido precisamente el Gobierno de España el que, con mucho diálogo, ha ido satisfaciendo y procurando que esos ciudadanos tuvieran los mejores servicios públicos y no le faltara suministro en las farmacias o la garantía del cobro de sus nóminas; eso – enfatizó- lo ha hecho el Gobierno de España».
Lo dijo el mismo día en el que tenía algo más por lo que reivindicar su labor frente al ejecutivo autonómico. El Consejo de Ministros acababa de hacer posible una subvención directa de 4,1 millones de euros al Liceo de Barcelona, el teatro más antiguo de la ciudad y toda una institución cultural de la que, por cierto, es presidente de honor el propio Mas, para salvarlo de la quiebra. «Para nosotros eso -insistió la mano derecha de Rajoy- es trabajar por Cataluña».
El mensaje de Sáenz de Santamaría es el preludio de lo que el Gobierno pretende difundir ahora con la estrategia de la lluvia fina, después de haber tenido que enfrentarse a las críticas internas del Partido Popular por su falta de reacción ante un desafío que cada vez parece tomar más cuerpo.
El secretario general de los socialistas, que visitó Cataluña por segunda vez desde la celebración del «proceso participativo», volvió a reclamar a Rajoy que, en lugar de ridiculizar su propuesta de reforma constitucional, se abra a estudiarla como una vía de «conciliación». En una entrevista en Catalunya Radio, Pedro Sánchez defendió que, a pesar de tratarse de una apuesta federal pensada para todos, puede servir para encauzar el debate catalán.