En la bocamina de La Única, en Casetas de Oceja
Varios mineros, y algún vecino del lugar, fueron retratados a la entrada de La Única hacia 1954, cuando se produjo el trágico accidente que acabó con la vida de 14 compañeros. Un mono y unas botas de agua, como mucho, era el atuendo que llevaban los trabajadores. Algunos entraban al tajo con galochas y con la lámpara minera como única ayuda para iluminarse. El casco era una simple boina. Hoy no existen prácticamente restos de la fatídica explotación minera de Casetas.