Diario de León

MITIN EN BARCELONA

Pablo Iglesias critica al nacionalismo y le pide a Cataluña «que no se vaya»

El líder de Podemos cambiaría la Constitución para que los catalanes decidan su futuro.

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cristian reino | barcelona
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Un mes después de auparse a la secretaría general de Podemos, Pablo Iglesias debutó ayer en Cataluña con un mitin en Barcelona, donde invitó a los catalanes a aparcar banderas y a sumarse a la ola del cambio que su formación quiere liderar en toda España. En pleno debate soberanista, el dirigente criticó a los que quieren hacer política «elevando muros», se mostró dispuesto a «tender puentes»; huyó de la tentación que tuvieron otros en el pasado de hacer promesas que luego no se cumplieron —como el famoso «apoyaré la reforma del Estatuto que apruebe el parlamento catalán» pronunciado por José Luis Zapatero en 2003—, y desgranó, a grandes rasgos, cómo quiere seducir a los catalanes para que abracen su proyecto para España.

En primer lugar, lanzó gestos de complicidad hacia los catalanes. «No quiero que Cataluña se vaya, pero sé que la casta española ha insultado a los catalanes», afirmó en un abarrotado pabellón del Valle de Hebrón de Barcelona, ante un público entregado, heterogéneo en lo generacional y procedente en su gran mayoría del área metropolitana de Barcelona, donde más se ha ensañado la crisis.

La España que Podemos plantea a los catalanes es un «país de países», una «nación de naciones», que reconozca el derecho a decidir de los catalanes, si bien añade el matiz que este derecho debe servir para decidir sobre «todas las cosas», no solo las identitarias.

Iglesias propuso poner en marcha un proceso constituyente, en el que se hable de todo y con todos, que implique «abrir el candado» de la Constitución de 1978. En esa reforma constitucional, Podemos respetaría la decisión de los catalanes acerca de su futuro político, pero no fue más allá sobre cómo piensa encajar a Cataluña. Ni se comprometió a autorizar un referéndum si llega a la Presidencia del Gobierno, como le pidió el portavoz de CUP, David Fernández, en una carta abierta, ni apuntó cómo haría para que los catalanes ejercieran ese derecho.

Aunque Podemos no concreta y pasa bastante de perfil sobre el debate soberanista catalán, la posición del partido morado en este aspecto se diferencia claramente de la del PSOE, que no quiere ni oír hablar de una consulta, pero podría tener similitudes con la del PSC. En el mismo acto, la que se postula como futura líder de Podemos en Cataluña, Gemma Ubasart, complementó el discurso territorial de la formación. «Nos piden que nos definamos, que nos digan cuál es nuestra opción», dijo Ubasart. «Ni unionistas ni independentistas, somos democrátas. Estamos comprometidos con el derecho a decidir, pero que no se restrinja al modelo territorial», remató.

El discurso de Podemos en Cataluña va dirigido al votante clásico del PSC, al de Iniciativa, al de izquierdas de Ciutadans y al no indepedentista de izquierda. La frase que lanzó Iglesias -«no me veréis abrazado ni a Rajoy ni a Mas»- iba lanzada con mucho veneno hacia el portavoz de la CUP, crítico como Podemos con la casta, pero que protagonizó una de las imágenes del 9-N cuando se abrazó a Mas, representante para los militantes de la CUP, del ‘establishment’ y la derecha privatizadora.

El ideario de Podemos también trata de seducir al votante que hasta ahora había abrazado posiciones secesionistas como respuesta a las políticas del PP y al rigor de la crisis. La última encuesta del CEO, el CIS catalán, identificaba que en torno a uno de cada cinco votantes de CiU, Esquerra o la CUP apostarían por una solución federal para Cataluña, por lo que el caladero es amplio. En cualquier caso, a quien a día de hoy más fagocita Podemos es al PSC y a Iniciativa. Buena parte de lo que estas dos formaciones se dejan en las encuestas lo pesca la formación heredera del 15-M, que en el sondeo del CEO de la semana pasada irrumpía con fuerza en el tablero catalán, donde obtendría de nueve a once diputados (sobre 135) en las elecciones catalanas. Que Podemos puede situarse en el espacio que ocupaba el PSC queda reflejado, sobre todo, en el hecho de que si hoy se celebrasen elecciones generales, el partido morado sería la primera fuerza en número de votos en Cataluña. Podemos busca a los catalanes hartos del proceso soberanista, a los que sufren la crisis y no agauntan más la corrupción.

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