Diario de León

Don Juan Carlos pidió a la infanta Cristina su renuncia a la sucesión

Excluyó en Navidad a su hija con un consejo a Felipe VI: «Déjamelo a mí, que soy su padre».

Fernando Ónega durante la presentación de su libro.

Fernando Ónega durante la presentación de su libro.

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nuria vega | madrid
León

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«Eso déjamelo a mí, que soy su padre». Así respondió el rey Juan Carlos a su hijo cuando este mes se comenzó a organizar la cena de Nochebuena y Felipe VI se preguntó aquello de «¿qué hacemos con Cristina?». Por las manos del monarca padre han pasado todas las decisiones respecto a la infanta desde que saltó a la opinión pública el escándalo del caso Nóos, que sentará en el banquillo a Cristina de Borbón como cooperadora necesaria de dos delitos fiscales que se le achacan a su marido. Suya fue la decisión de apartarla de los actos oficiales y de algunas reuniones familiares, como la de Navidad de este año. Pero aún más, ha sido don Juan Carlos quien ha pedido en varias ocasiones a la infanta que renuncie a sus derechos de sucesión obteniendo siempre la misma respuesta: «Tomo nota».

Son las revelaciones que realizó ayer el periodista Fernando Ónega en la presentación de su libro ‘Juan Carlos I. El hombre que pudo reinar’, fruto de una larga conversación de horas con el protagonista. La primera negativa de doña Cristina, según Ónega, se produjo hace tres años cuando el rey envió dos emisarios a Denver con un mensaje nítido para los duques de Palma: «Habéis hecho lo que habéis hecho, por el bien de la causa es preciso que la infanta renuncie a sus derechos dinásticos». Y hasta hoy. Los responsables de trasladar el encargo fueron el ex jefe de la Casa del Rey, Fernando Almansa, y un alto directivo de Telefónica, supervisor de Iñaki Urdangarín. Ni entonces conseguirían una respuesta afirmativa ni de momento se ha conocido ningún gesto que la hermana del actual rey haya querido realizar para facilitar la situación a Felipe VI.

Presión política

El empecinamiento de doña Cristina, sexta en la línea de sucesión a la corona, ha provocado que crezca la presión política pidiendo al recién llegado monarca que actúe. «Es una decisión personal que corresponde a la infanta», repiten en la Zarzuela, pero lo cierto es que ha terminado por dañar gravemente la imagen de una monarquía ya bastante desgastada tras los últimos episodios que protagonizó don Juan Carlos en su reinado. La Casa Real busca que la llegada de Felipe VI al trono suponga una bocanada de oxígeno para la institución. Todas las miradas se centraron por ello en su primer discurso de Nochebuena, aunque el rey evitó nombrar directamente a su hermana. «Debemos cortar de raíz y sin contemplaciones la corrupción», aseguró antes de denunciar «los tratos de favor» o la malversación de dinero público.

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