El presidente responde con un «buenas tardes» a las acusaciones
«Buenas tardes». Fue la escueta respuesta de Mariano Rajoy ante las preguntas sobre las acusaciones de Luis Bárcenas. No dijo más porque se reserva para el discurso que pronunciará hoy en la clausura de la convención nacional del PP en Madrid, aventuraron fuentes del partido.
Si el presidente fue lacónico, su vicepresidente no se quedó a la zaga. Soraya Sáenz de Santamaría también se negó a responder para no participar en la «estrategia procesal» del extesorero. El Ejecutivo, dijo, no valora las palabras de una persona cuyo historial de «acusaciones e imputaciones es de todos conocido».
La única alusión indirecta de la vicepresidenta fue la petición a los jueces para que no eternicen la causa de Gürtel, aunque no la citó, que ya va para seis años de investigación. «Conviene agilizar los procedimientos» porque de no ser así «la justicia pierde el carácter de justicia».
La economía de palabras de Rajoy y Sáenz de Santamaría fue secundada en la convención nacional de los populares. La secretaria general, Dolores de Cospedal solo apuntó que el PP está «comprometido» contra la corrupción y advirtió que su partido será «implacable» con los que se aprovechan de su cargo para tener comportamientos «indeseables que deshonran el noble oficio de la política». No dijo más ni, fiel a su estilo, mencionó al ex tesorero.
José María Aznar, el invitado estrella de la inauguración de la convención, dedicó algo más al tema de la corrupción en su discurso, pero también sin mencionar a Bárcenas y responsabilizándose solo de lo que ocurrió en el PP en los años que él presidió el partido, entre 1989 y 2004. «Cada uno -subrayó- tiene que responder sus actos. Yo respondo de los míos, desde el primero hasta el último». Por ello se sentía capaz de «mirar a los ojos» a su partido con la conciencia tranquila y animó al PP a combatir «el cáncer» de la corrupción, pero con inteligencia, porque hay quien «de verdad» quiere acabar con esa lacra y quien quiere utilizarla como coartada, velada alusión a Podemos, para «acabar con el sistema democrático».
Fuentes de la dirección del PP indicaron que el silencio sobre Bárcenas en ningún caso era por miedo a lo que pueda decir el ex tesorero sino que se adoptó esa decisión para que no marcará la convención con que quieren abrir la precampaña para las elecciones de mayo. Pero la diputada Celia Villalobos no pudo morderse la lengua y exigió a Bárcenas que «no eche mierda a los demás cuando la mierda la tiene él» con «los 48 millones que se ha llevado a Suiza».
El vicesecretario de Organización, Carlos Floriano, lamentó que su partido pecara de «ingenuo» con Bárcenas.