Diario de León

Pujol desafía al Parlamento y le insta a probar las acusaciones vertidas

El ex presidente de la Generalitat indigna a todos los grupos por su actitud, salvo CiU .

El ex presidente durante su comparecencia ante la comisión de investigación.

El ex presidente durante su comparecencia ante la comisión de investigación.

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cristian reino | barcelona
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«Dicen, dicen dicen». El ex presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, situó las acusaciones e insinuaciones que se vierten sobre el origen de la fortuna que mantuvo oculta al fisco en paraísos fiscales como habladurías, rumorología sin fundamento y conjeturas «injuriosas». «Las acusaciones se han de demostrar», desafió a los diputados del Parlamento catalán en la comisión que investiga la riqueza de su familia y otros supuestos casos de fraude fiscal.

El ex presidente de la Generalitat volvió a protagonizar una declaración polémica, en línea con la que hizo en septiembre en la comisión de Asuntos Institucionales con bronca incluida a los diputados. En esta ocasión no llegó tan lejos, y hasta se disculpó por la «crispación» de su intervención anterior, pero recriminó a los diputados por sus acusaciones poco «sólidas y sin consistencia». «Si nos basamos en el dicen, dicen, dicen, esto no es serio»; «todo esto no es más que blablablá», afirmó, incorporando una nueva coletilla a su fecundo repertorio de frases, entre ellas la más famosa, ‘avui no toca’.

Todos los grupos, salvo CiU, mostraron su indignación por la actitud del ex mandatario catalán que desde un principio quiso acogerse a su derecho a no declarar por consejo de su abogado ya que está imputado en un juzgado de Barcelona por fraude fiscal y todo lo que dijera podría ser utilizado en su contra en la causa judicial. De todas maneras, respondió de manera escueta a algún diputado, aunque tampoco aclaró la procedencia de los 183 millones de pesetas, que con los años se convirtieron en cuatro millones de euros y que la familia Pujol regularizó el año pasado con Hacienda.

Como ya dijo en su confesión del 25 de julio, en la declaración de septiembre y en su comparecencia como imputado ante el juez, Pujol señaló que el dinero era un legado de su padre para su mujer y sus hijos. «Pensad lo que queráis, pero no proviene de casos de corrupción», afirmó. Su cuñado, Francesc Cabanas, afirmó la semana pasada que no le constaba que el dinero procediera de una herencia.

El hijo mayor de Jordi Pujol, Jordi Jr. habló en su comparecencia de 140 millones en «divisas» que su abuelo Florenci «generó con su trabajo» y que «nunca entraron a España». Señaló que no hay reflejo escrito de aquella cuenta y que el legado consta en una carta que su abuelo envió a su madre. Esta carta, ya mencionada en el juzgado, sigue sin aparecer. La mayoría de los partidos le instaron a que renuncie al secreto bancario que protege la cuenta familiar de Andorra y así se acabarían las conjeturas, algunas de las cuales Pujol calificó como «fabricadas» para perjudicarle.

Los parlamentarios preguntaron también si el dinero procedía de comisiones ilegales, de Banca Catalana o del Palau, y Pujol se limitó a señalar que la «población dispone de una información mía dada en el ámbito de la justicia, donde las insinuaciones y acusaciones se tienen que demostrar».

Pujol negó una vez más tener cuentas en el extranjero. Algunos grupos le recordaron que hace un año también decía que las informaciones que aseguraban que su familia tenía cuentas en Andorra y en Suiza eran mentira y al final se han acabado confirmando. «Es inútil discutir sobre la base de insinuaciones», afirmó. «He dado toda la información que tenía que dar», zanjó.

«Orgulloso»

El ex presidente, que acudió junto a su abogado, Cristóbal Martell, se mostró «tranquilo» y «orgulloso» de su gestión de 23 años de gobierno, a pesar de todos los casos de corrupción que se atribuyen a esta etapa. «Pudimos llevar a cabo una obra muy importante que al final será juzgada positivamente», remató.

Su mujer, Marta Ferrusola, que también se negó a declarar, negó que pidiera favores para sus hijos a miembros del Gobierno catalán y, como su marido, lanzó una regañina a los diputados. «Cataluña no se merece este debate», afirmó ofendida ante las preguntas que se le formulaban. También negó que viajara a Andorra con frecuencia a llevar dinero y afirmó que la familia «no tenía ni un duro».

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