Benjamín Alonso: «No quiero morirme sin ir una vez a cantar»
El coro de Alle guarda silencio desde hace dos años. Las cajas con las partituras y los utensilios de los conciertos están cerradas, sobre el suelo del salón de actos. Hace tiempo que no ensayan. «No nos llaman para actuaciones y no hay dinero para pagar los desplazamientos», alega Gumersindo Rodríguez Esteban. El coro de laringectomizados es único en el mundo y una de sus señas de identidad. Un símbolo de superación y de hermanamiento. Benjamín Alonso, socio y usuario desde hace dos años de Alle, tiene el pesar de no haber podido formar parte de esta agrupación musical. «No quiero morirme sin ir a cantar una vez», apunta mientras escucha a Noelia Flórez. Su padre disfrutó de esta actividad y llevó su voz junto a la de otros laringectomizados —también hubo una mujer en la coral— a muchos lugares de la provincia y fuera de ella. «Fue a Madrid, a Teruel... bromeábamos diciendole que podía decir que Teruel tambiém existe».
Si no existiera Alle habría que inventarla. El coro de laringectomizados renació una vez. Bueno sería que tuviera una tercera oportunidad.