Diario de León

Policía Nacional, la casa de los líos

Demandas entre comisarios y contra políticos, extrañas reuniones o unidades con desconocidas funciones se mezclan en la institución en los últimos años.

El presidente de la Comunidad de Madrid, González.

El presidente de la Comunidad de Madrid, González.

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colpisa | madrid

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Nunca antes en la Policía Nacional habían brillado tanto los nombres propios como en la presente legislatura. Jamás antes en la institución la identidad de los comisarios y sus andanzas habían estado en boca de tertulianos y debates en los medios de comunicación. El ático que al final le ha costado la carrera a Ignacio González y las guerras intestinas aparejadas a esta investigación son solo el último caso en un cuerpo que parece más inestable y politizado que nunca. Demandas entre policías; de funcionarios a políticos y de políticos a agentes. Unos Asuntos Internos que hacen de todo menos investigar a funcionarios. Críticas descarnadas de políticos a la labor de los funcionarios. Cambios y más cambios entre la cúpula dedicada a los sumarios más sensibles de corrupción. Mandos policiales que aparecen en reuniones en las que no deberían estar…

En el caso Ático aparecen muchos de los personajes y las claves para internarse en esta ‘casa de los líos’. En abril de 2012, la policía destituyó de manera fulgurante al comisario Agapito Hermés de Dios, que era el máximo responsable policial de Marbella, por investigar por su cuenta, y sin informar a los responsables de Interior, el origen del inmueble que ocupa en Estepona el presidente autonómico. González, además, le demandó ante un juzgado de Madrid por su «ilegal» investigación. Fue una maniobra inédita de un político contra un policía. Poco después, en julio, el departamento que dirige Jorge Fernández destituyó, tras solo seis meses en el cargo, al máximo responsable de la investigación del ático, el comisario general de Policía Judicial, José Enrique Rodríguez Ulla.

La Comisaría General de Policía Judicial, la unidad más importante del cuerpo, se quedaba de nuevo huérfana. En lo que va de legislatura, hasta cuatro mandos policiales han ido pasando por esa jefatura, que se dedica a instruir los casos más delicados de corrupción con la Unidad contra la Delincuencia Económica y Fiscal (Udef) como punta de lanza.

Antes de aquel torbellino de destituciones en cadena provocadas por el caso Ático, el 29 noviembre de 2011, todavía con el Gobierno de Rodríguez Zapatero en funciones, dos de los comisarios más poderosos de la Policía, José Manuel Villarejo, de ‘Servicios Especiales’ y Enrique García Castaño, de los servicios antiterroristas, mantuvieron la ya famosa entrevista con Ignacio González, en la que, según el presidente, intentaron «chantajearle» para encubrir una investigación «ilegal». De acuerdo a la versión de Villarejo, solo le pidieron pruebas de que el ático era suyo. Sea como fuere, García Castaño y Villarejo ya se habían visto otras veces envueltos en asuntos políticos.

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