Diario de León

Ellas educan y ellos programan

Los roles de género marcan la contratación y las ingenierías son la asignatura pendiente de las leonesas: Son el 10% del alumnado en Informática y el 90% en Educación Infantil.

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ANA GAITERO | LEÓN
León

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Ada Lovelace (1815-1852) fue la precursora de la informática y pionera a la hora de descubrir un lenguaje de programación. Corría el siglo XIX y el tren de la industrialización cuando la hija de Lord Byron ideó el primer sistema binario que daría paso a la era digital. Fue mucho antes de que el 19 de marzo de 1911 se celebrara, en Alemania, Austria y Dinamarca la primera manifestación para reivindicar los derechos de las mujeres.

Más de un siglo después la informática es una de las carreras a las que las mujeres acceden menos en la Universidad de León, pues el grado de Ingeniería Informática tan solo tiene un 10% de alumnado femenino. Por el contrario, Educación Infantil está altamente feminizada, con un 90% de mujeres en las aulas y sólo un 10% de hombres que se convertirán educadores de las futuras generaciones. Son los dos grados con menos equidad en la oferta de la Universidad de León, que cuenta con 33 titulaciones. Las mujeres suman el 52% de la matrícula universitaria y han conquistado áreas de conocimiento científicas, en Biotecnología, Ciencias Ambientales y Veterinaria, con más de un 75% de matrícula. Pero las ingenierías son todavía una asignatura pendiente y son mayoría en todas las titulaciones relacionadas con el cuidado y la educación. Ellas educan y ellos programan.

Los roles de género persisten en el mercado laboral, como reflejan las estadísticas de contratación del último trimestre de 2014. Si en la universidad se puede decir que ellas se forman mayoritariamente en profesiones relacionadas con la educación y el cuidado, los contratos reflejan el enquistamiento de los patrones de género tradicionales. Ellas limpian y ellos conducen. En León, la hostelería es el único sector al que hombres y mujeres acceden casi por igual, con 2.841 contratos de camareras y 2.306 de camareros.

Las nueve profesiones con más tirón en la contratación de mujeres están muy marcadas por los roles de género tradicionales. Además de camareras, las mujeres accedieron al empleo en las categorías de personal de limpieza de oficinas y hoteles (12,25%), vendedoras en tiendas y almacenes (11,06%), ayudantes de cocina (4,40%), empleadas domésticas (3,78%), promotoras de venta (3,55%), teleoperadoras (3,23%), auxiliares de enfermería (2,76%), cocineras asalariadas (2,73%) y trabajadoras de los cuidados personales (2,33%).

El 88,29% de las mujeres trabajan en el sector servicios. «En general trabajan en sectores feminizados y peor remunerados», subraya la presidenta del Foro Feminista, la leonesa Nina Infante.

Mientras tanto, el abanico de contratos entre los hombres se centra, por detrás de los camareros de bar, en profesiones masculinizadas tradicionalmente como conductores de camión (5,87%), peones industriales manufactureros (4,77%), albañiles (4,10%), peones agrícolas, (3,98%), vendedores en tiendas y almacenes (3,86%), personal de limpieza de oficinas y hoteles (2,52%), peones de la construcción (2,51%), conductores asalariados de automóviles (2,43%) y otros trabajos en obras (2,11%).

La contratación por sectores en la provincia refleja más actividad en los sectores poco cualificados (y aparentemente más marcados por los roles de género) en un momento en que la juventud con formación universitaria y en edad fértil emigran por falta de oportunidades en León.

Según datos de matrícula del curso 2014/2015 de la Oficina de Calidad, en la ULE hay un 52% de alumnas y un 48% de alumnos. La mujeres copan las carreras relacionadas con la educación y los cuidados o el ámbito sanitario, mientras que los hombres son mayoría aplastante en todas las ingenierías y en los grados relacionados con las finanzas y la educación física.

Los casos más desproporcionados son Educación Infantil, con un 90% de mujeres matriculadas, y el grado de Ingeniería Informática, con un 90% de hombres en sus aulas. Igualmente, Enfermería presenta un 79% de matrícula femenina y otro tanto de hombres el grado de Ingenería Industrial y Automática.

Los grados de Veterinaria, Tecnología de los Alimentos, Biotecnología, en el ámbito científico, y los de Lengua Española y Literatura y Filología Moderna de Inglés, en el de humanidades, tienen más de un 70% de matrícula femenina.

El grado de Educación Social es otro de los muy feminizados, con un 82% de mujeres en las aulas, mientras que Trabajo Social alcanza el 79% de presencia femenina. El grado de Turismo cuenta con un 67% de mujeres.

Por el contrario están muy masculinizados, con más de un 75% de hombres matriculados, los grados en Geografía y Ordenación del Territorio y las ingenierías Aeroespacial, Ingeniería Eléctrica, Ingeniería Minera, Ingeniería Forestal y Actividad Física y del Deporte.

La paridad se alcanza en los grados de Derecho, Historia, Historia del Arte, Información y Documentación, Administración de Empresas, Relaciones Laborales, Fisioterapia, Economía, Comercio Internacional, Márketing e Investigación de Mercados, Educación Primaria e Ingeniería Agraria, donde las mujeres tienen el porcentaje más alto de matrícula (49%) en una carrera técnica.

A la foto casi fija de los roles de género se añade el balance especialmente negativo de los efectos de la crisis sobre las mujeres. La presidenta del Foro Feminista, la leonesa Nina Infante, subrya que «la Junta ha reducido las políticas de apoyo a las familias 58 millones de euros y las de promoción de las mujeres otros cinco millones».

Asimismo, la reforma laboral se salda con más paradas, durante más tiempo y más precarias. La brecha salarial se produce sobre todo en los complementos. «Las mujeres cobraron el 70% de lo cobrado por los hombres y un 17,4% ganó menos del salario mínimo interprofesional», añade. La brecha salarial, lejos de disminuir ha aumentado un 4%.

La ocupación total de las mujeres ha caído en un 5,2% frente al 11,3% de los hombres, salvo en las edades más jóvenes que la caída de ocupación ha sido mayor. Los trabajos a tiempo parcial ocupan a las mujeres en un 77,3% frente a sólo un 37,7% con contratos a tiempo completo.

Hay casi 23.000 leonesas en situación de desempleo. Si bien no existen datos desagregados por sexos sobre las prestaciones, las mujeres en paro de larga duración son el 43%, unas 10.000 leonesas.

En esta situación es llamativo que desde diciembre de 2011 la caja de la Seguridad Social en León se alimenta de las cotizaciones de más mujeres que hombres. En enero se registraron 53.850 mujeres cotizantes en la Seguridad Social frente a la cifra de 50.584 hombres. La caída de la cotizaciones en los últimos años es espectacular. En 2010, había 60.337 hombres y 58.448 mujeres.

Nina Infante hace hincapié en que el 57,7% de las personas inactivas son mujeres, porque se dedican a la casa y a cuidados (40,7%). Es decir, su trabajo no cuenta ni está retribuido. Sólo el 5% de los hombres inactivos lo están por dedicarse a la casa, pues «la causa principal de inactividad en los hombres es la jubilación».

Más casa y menos ocio

Los usos del tiempo también son muy desiguales entre hombres y mujeres. Las mujeres dedican 1 hora y 44 minutos a actividades culinarias por término medio y los hombres 55 minutos. Al mantenimiento del hogar, ellas destinan 1 hora y 17 minutos de su tiempo y ellos 53 minutos. Por el contrario, a actividades de ocio y deporte las mujeres dedican, por término medio, 1 hora y 40 minutos y los hombres 2 horas y tres minutos.

Trabajo o maternidad

Nina Infante apunta que las condiciones de desigualdad para las mujeres se ven reflejadas en datos como la prestación por maternidad la percibieron un 98% las mujeres y sólo un 2% de hombres se acogieron a esta medida que permite compartir el permiso maternal. En cuanto a la prestación por paternidad, que hasta ahora es de 13 días, en los tres años últimos su disfrute por parte de los hombres ha descendido en un 11%.

Asimismo, dejaron de trabajar por la crianza el 38,2% de las madres frente al 7,4% de padres y el 23% de las mujeres ocupadas cogieron reducciones de jornada frente al 2,1% de los hombres. En 2013 el 29,5% de las mujeres madres de trabajaban a tiempo parcial frente al 6,7 de hombres.

Las dificultades para compatibilizar trabajo y familia, así como la mayor formación académica de las mujeres ha retrasado la edad para tener el primer desde los 24 años en 1978 a los 31,33 en 2013. Asimismo, la tasa de natalidad ha disminuido visiblemente en este tiempo. La viabilidad demográfica de León está en peligro.

La maternidad es el gran lastre de las mujeres en el ámbito laboral, tanto para acceder a contratos como en el aspecto salarial. La OIT acaba de publicar un estudio que refleja que la brecha salarial aumenta a mayor número de hijos e hijas en contra de las mujeres. Algunas optan por crear su propio empleo para conciliar mejor su vida laboral con la familia.

El emprendimiento, la receta que el Gobierno ha dado para superar la crisis ha caído en la capital leonesa en el último año. La crisis ha retraído más a las mujeres en los proyectos empresariales de autoempleo. En el 2008 eran el 58% de las personas que se embarcaban en algún negocio y en el 2014 han pasado a constituir el 47% del total de los proyectos tutorizados por el Ildefe.

Pensiones más bajas

Hoy por hoy, las desigualdades también se reflejan en las pensiones. Las mujeres que han cotizado y tienen derecho a pensión contributiva cobran por término medio 660 euros, lo que significa el 56% de la pensión media de los hombres cuyo importe medio es de 1.164 euros.

La igualdad aún es un reto del siglo XXI. La ONU hace este año un llamamiento a «empoderar a las mujeres para empoderar a la humanidad» y en León se grita: «Ni un paso atrás», lema de las organizaciones feministas para el 8 de marzo de 2015.

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