Aguirre quiere reconstruir el PP de Aznar que agrupaba a toda la derecha
La candidata a la alcaldía de Madrid y Cristina Cifuentes lamentan que Ciudadanos esté fuera de su partido.
Para Esperanza Aguirre, el PP ganador es el de José María Aznar, aquel que aglutinaba a toda la derecha. Ese debería ser, a su juicio, el objetivo de la dirección del partido para volver a ser la organización fuerte que obtuvo dos mayorías absolutas, la primera con el propio Aznar en 2000, y en 2011 con Mariano Rajoy, aunque a partir de esta victoria comenzó el desmembramiento que ha conducido a la situación actual.
La sangría electoral del PP a favor de Ciudadanos es la mejor prueba de que el partido que lidera Rajoy ya no es el único referente conservador como lo fue durante décadas. La presidenta de los populares madrileños y candidata a la alcaldía de la capital hace este análisis de la situación de su partido y, sin criticar en ningún momento al presidente del Gobierno por su nombre, está convencida de que hay que trabajar para «converger» en el PP todo el espacio «liberal-conservador». La líder de los populares madrileños no entró en los motivos de ese declive, pero en otras ocasiones apuntó a la política antiterrorista de Rajoy, al incumplimiento del programa del PP, sobre todo en lo referido a política fiscal, y a la debilidad frente al reto soberanista catalán, como las principales causas de este retroceso.
Un PP que recupere el electorado de antaño sería, de acuerdo al razonamiento de Aguirre, el partido que era una máquina de ganar elecciones sin preocuparse por la posibilidad de que «una coalición de perdedores» arrebate al PP gobiernos municipales, autonómicos o el nacional pese a ser la fuerza más votada.
Hasta hace «poquísimo», se lamentó Aguirre en Onda Cero, el PP era la casa política de «todos los que sentían a la derecha de la izquierda», ya fueran de centro o de la derecha más rancia. Pero esta situación ha cambiado en los últimos años, y el mejor exponente es Ciudadanos porque Vox, la escisión del PP por su derecha capitaneada por Santiago Abascal, ha demostrado su irrelevancia en las dos únicas citas electorales a las que ha concurrido, las europeas de mayo y las autonómicas de Andalucía.
«Una pena»
Por esta razón, Aguirre admitió que le gustaría «muchísimo» que la formación de Albert Rivera formara parte de su partido. Una opinión en la que coincidió con su compañera y candidata al Gobierno de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, quien también cree que es «una pena» que Ciudadanos y Rivera, «un gran político» para su gusto, sean rivales del PP. La aún delegada del Gobierno en Madrid admitió que su partido «ha ido perdiendo» espacio electoral que han ocupado otras fuerzas, entre ellas Ciudadanos.
Un criterio que no es compartido por buena parte de la dirección del PP, que ha puesto el acento en el origen catalán de la formación naranja y de su líder para desacreditarlo. El portavoz popular en el Congreso, Rafael Hernando, trató incluso de minusvalorar al líder de Ciudadanos tildándole de «naranjito». Algo que para Aguirre es «intolerable», y para Cifuentes, «desafortunado».
Una disparidad que no es casual porque el PP tiene casi imposible revalidar sus mayorías absolutas en el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid y su único socio posible es Ciudadanos dado que es muy improbable el pacto con el PSOE, Podemos o IU.