No pudo conocer los fraudes debido a sus obligaciones
Cristina de Borbón se parapeta tras su condición de madre trabajadora, de cabeza de familia numerosa y de sus numerosos compromisos oficiales para sostener contra viento y marea que «no tuvo ni tiempo ni capacidad ni motivos» para ocuparse de la «gestión» de Aizoon, la sociedad que comparte al 50% con su marido, y que Iñaki Urdangarín usó supuestamente para desviar a sus bolsillos más de un millón de euros de dinero público, amén de utilizarla para defraudar al fisco en los ejercicios fiscales de 2007 y 2008.
En su escrito de defensa contra la decisión del juez José Castro de sentarla en el banquillo como cooperadora necesaria de esos dos fraudes, la hermana del rey Felipe VI asegura tajante que «no tuvo absolutamente ninguna intervención» en la administración de esa compañía, y que, por tanto, no hay base para considerarla cómplice de delito alguno.
Los abogados Miquel Roca y Jesús María Silva avanzan que en las cuestiones previas del juicio intentarán salvar a la infanta del banquillo.