Energía: cuando el futuro fue ayer
Si hay un tema que marcará la campaña, éste es el pulso que mantiene el sector de la minería del carbón nacional para hacerse un hueco en el mix energético de un país con dependencia del exterior en la materia.
En materia energética, el futuro es hoy. Incluso los hay, los más pesimistas, que señalan que este partido ya se jugó, sobre todo, en lo concerniente al papel que debe jugar el sector del carbón de nuestras cuencas en el paquete energético nacional. Un mercado energético, que pese a la reducción de las importaciones registrada en los últimos años por la crisis, sigue dependiente de los mercados internacionales —en torno al 70% de la energía bruta consumida tiene procedencia foránea—. Difícil de explicar en una provincia amanantada en el pasado con el carbón de las cuencas.
En la provincia, el consumo de energía eléctrica, uno de los termómetros a los que se recurre para medir la recuperación económica, descendió en el ejercicio 2014 un 1,97%, siendo la segunda provincia de la Comunidad con peores registros, sólo superada por los de Zamora. En el consumo de gas, la provincia también figura en es pelotón de los peores, siendo superada en esta ocasión por, otra vez, Zamora y Soria. Datos de consumo que apuntan a que los brotes verdes de la recuperación económica se hacen de rogar.
Si en consumo, la provincia no termina a levantar cabeza, en producción, parecemos abocados a sufrir, más pronto que tarde una decapitación. El ‘intercambio de cromos’ entre eléctricas y Gobierno para la negociación del mecanismo de garantías de suministro de mineral a las térmicas en nada benefician a unas cuencas mineras en pie de guerra. El tiempo corre, y a las eléctricas interesadas en seguir quemando carbón se les agota el plazo para decidir sobre sus térmicas. Una línea roja marcada en el próximo otoño antes de la cual deberán de decidir si apuestan por acometer inversiones para adaptar sus centrales a las exigencias en materia de emisiones o por el contrario deciden abandonar estas instalaciones cuya vida expiraría en 2023. Un escenario, el del apagón térmico, que todos temen, pero que hasta la fecha nadie remedia.
Otro proyecto ligado al mundo de la energía, como es la Ciuden, continúa nadando para conseguir salir a flote. El escaso interés, si nos fijamos en criterios puramente económico, en la captura del CO2 ha llevado al proyecto a reinventarse y ofrecer a multinacionales sus instalaciones para la realización investigación.