Diario de León

Rajoy se sube a la bici en compañía de Aguirre y Cifuentes rumbo al 24M

El jefe del Ejecutivo se aferra a su discurso económico mientras la dirección del PP agradece la ayuda de Aznar.

La candidata a la Comunidad de Madrid, Cifuentes, el presidente del Gobierno, Rajoy, y la aspirante a la Alcaldía, Aguirre, en su paseo en bici.

La candidata a la Comunidad de Madrid, Cifuentes, el presidente del Gobierno, Rajoy, y la aspirante a la Alcaldía, Aguirre, en su paseo en bici.

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nuria vega | madrid
León

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A las diez de la mañana, cuando los termómetros en la capital bordeaban los 30 grados, el presidente del Gobierno y sus candidatas madrileñas recibían las primeras instrucciones de la sexta jornada de campaña: cómo utilizar las bicicletas del servicio municipal ‘Bicimad’. En el programa electoral, empecinado en acercar a Mariano Rajoy a las calles, figuraba ayer que había llegado el momento de continuar con el periplo por España a golpe de pedalada. «Esto es un plan de campaña, presidente, lo demás que te hacen por ahí es mucho más aburrido», presumía satisfecha Esperanza Aguirre, enfundada en el color de los ciclistas ganadores del Tour de Francia, el amarillo.

Aguirre nunca da puntada sin hilo. Tampoco en las últimas semanas, cuando no ha querido descartar la posibilidad de llegar algún día a La Moncloa, después de amagar en 2008 con arrebatar a Rajoy el liderazgo del PP. Ayer, por si acaso, la aspirante al Gobierno de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, advertía antes de que los tres se subieran al sillín: «No vale hacer carreras». Durante dos horas, los mítines de pabellones y auditorios se cambiaron por el río Manzanares y las zonas verdes de los alrededores en un acto «hermoso» y «bonito», según el jefe del Ejecutivo, que con su camisa abotonada y corbata roja pese al calor no cedió a la ropa informal y confesó practicar deporte «todos los días».

También el director de la campaña, el vicesecretario popular Carlos Floriano, y quien organiza los actos de Cifuentes, Juan Carlos Vera, se sumaron al pelotón de ciclistas ocasionales y probaron el mismo tipo de bicicleta eléctrica que ensalzó Rajoy. «Requiere menos esfuerzos que hacerlo a pura pierna», comentó ante los afiliados y simpatizantes madrileños momentos después de que Aguirre pidiera a sus compañeros no activar el motor cuesta abajo, tratando de equilibrar las distancias.

La fotografía contaba más que los discursos en una campaña en la que el equipo electoral trata de suavizar la imagen distante del presidente, acostumbrado a las cumbres y los despachos.

Rajoy proclamó estar «absolutamente convencido de que cuando termine esta legislatura con Esperanza Aguirre al frente del Ayuntamiento y con Cristina Cifuentes en la Comunidad, en Madrid se hará más deporte, se usará más la bicicleta, el medio ambiente será mucho mejor y la gente será más feliz».

Mucho más cómodo cuando conduce sus intervenciones por la senda de la economía, tampoco en el acto festivo de ayer dejó Rajoy pasar la oportunidad de relatar las bondades de la gestión de su Gobierno y los peligros de la vuelta atrás. Es su obsesión y el mensaje que quiere que cale por encima de cualquier otro. Sus alocuciones apenas recogen otra temática.

Y si bien son muchos los dirigentes que echan en falta un discurso de mayor calado político, justifican que la estrategia de Rajoy encaja con su carácter más pragmático y celebran contar con el ex jefe del Ejecutivo, José María Aznar, que se ha encargado personalmente de reclamar la confianza del votante tradicional del partido

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