El empleo manda... en el discurso
El acceso al trabajo es la principal preocupación de los ciudadanos, y el argumento más esgrimido en la campaña. Los últimos meses reflejan la recuperación, pero el mercado laboral tiene aún muchas sombras.
Está en la base de todos los programas y en la boca de todos los candidatos, porque es la principal preocupación de los ciudadanos. Y, como no hay nada más fácil de interpretar que los números, para quienes han tenido en sus manos la gestión en los últimos años la mejora de los datos pone en evidencia la eficacia de las medidas de austeridad, ajuste y liberalización del mercado laboral adoptadas; mientras que para los aspirantes a gestionar en el futuro el cambio de tendencia deja aún muy lejos el objetivo de número de trabajadores aceptable, y mucho más lejos aún los derechos salariales y los contratos estables y por tiempo suficiente.
Es el empleo. La palabra más repetida en la campaña electoral. El vaso que unos se esfuerzan en ver llenándose y otros consideran que está dramáticamente vacío, y lo que lo va llenando tiene demasiadas burbujas.
En la provincia de León el ejercicio de optimismo tiene que ser a la fuerza mayor a la hora de poner en la balanza los datos positivos y los que continúan siendo muy preocupantes. El envejecimiento y el incremento de pensionistas por un lado, y la estampida de los jóvenes en busca de oportunidades en otros lares por otro, acorralan un mercado laboral cuya evolución en los últimos meses es indiscutiblemente positiva.
Los matices aquí sí importan: 50.000 leoneses quieren trabajar pero no encuentran dónde; hay aún 18.300 hogares en los que ninguno de sus miembros es capaz de conseguir un empleo, por precario que sea; la cobertura con prestaciones (aunque sean asistenciales) a los desempleados se desploma sin ver el fondo;...
Otro dato para el análisis: el crecimiento del empleo muestra que, al menos de momento, la recuperación tiene muy poco que ver con el cambio de modelo económico que se ha venido reclamando. Los puestos de trabajo crecen por donde antes mermaron, pero lo hacen con contratos más precarios y con salarios más bajos.
Y un punto más a tener en cuenta: la recuperación del empleo ahonda la brecha laboral y salarial entre hombres y mujeres. Por otro lado, mientras la totalidad de los sectores productivos recuperan empleo en los últimos meses, el colectivo de jóvenes que no han accedido aún a su primer trabajo y de parados de larga duración permanece enquistado.
