Rajoy advierte al PSOE del error de aislar al PP de los pactos postelectorales

El empate técnico que el último barómetro del CIS concedía a PP y PSOE no ha hecho más que alimentar la teoría del presidente del Gobierno, férreo defensor del bipartidismo y contrario a dar por muerto el sistema por el que socialistas y populares se han alternado en el poder desde el inicio de la democracia. Fuentes de la formación sostienen que cuando el suflé de Podemos y Ciudadanos haya bajado, cuando se hayan convertido en los nuevos IU y UPyD, los socialistas aún serán el principal adversario del PP. Por eso ha sentado tan mal que el secretario general del PSOE excluyera, no sólo a Bildu, sino a los populares de los pactos postelectorales que puedan alcanzarse tras el 24M. «Es demostrativo de muy poquito nivel político», sentenció ayer Rajoy, que vinculó a Pedro Sánchez con José Luis Rodríguez Zapatero.

Precisamente desde Navarra, una región en la que, según los sondeos, de las urnas saldrá un Parlamento muy fragmentado y difícilmente gobernable, el presidente llamó la atención sobre aquellas ocasiones en las que los socialistas han recurrido al PP para poder formar Gobierno. Así ocurrió, recuerda Rajoy, en el País Vasco de Patxi López, o en Asturias, donde «los demás dejaron tirado» al PSOE. La decisión de Sánchez es, además, a juicio del jefe del Ejecutivo, «profundamente injusta» con sus propios compañeros de filas, en especial con Susana Díaz, que ya ha pedido al PP el respaldo que necesita para poder ser investida presidenta de Andalucía. En definitiva, un aviso para navegantes: si hoy por ti, mañana por mí.

La cúpula tiene la sensación de que están funcionando los mensajes de alerta frente a los nuevos partidos, el discurso del miedo que avisa del retroceso del país en caso de que los populares tengan que salir de Moncloa. Por eso, en la dirección agradecen el tono del ex presidente, José María Aznar, que hace una semana llamó por primera vez desde Zaragoza a los votantes del PP a no dejarse embaucar por Albert Rivera y a volver a casa. Lo hizo en el mismo auditorio que ayer por la tarde, tras su visita a Pamplona, llenó Rajoy a su paso por la capital de Aragón, donde pidió la ayuda de los simpatizantes para obtener la mayoría absoluta en la región.

La línea a seguir por Rajoy en la recta final en estos últimos tres días será la establecida por el comité de campaña: más contacto con la calle y discurso económico. El presidente ha redoblado, de hecho, su relato optimista, hasta tal punto que ayer no sólo recordó los tiempos en los que la prima de riesgo, el rescate o los problemas de financiación centraban las preocupaciones diarias. Fue incluso más lejos cuando preguntó: «¿Quién habla hoy de recesión y de paro?».