Diario de León

Horrach respalda a la defensa de la infanta y pide una rebaja de su fianza

Plantea que la caución por responsabilidad civil en el caso Nóos sea de 449.500 euros.

El fiscal del caso Nóos, Pedro Horrach.

El fiscal del caso Nóos, Pedro Horrach.

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r. gorriarán | madrid
León

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El fiscal Pedro Horrach se sumó una vez más a las tesis de la defensa de la infanta Cristina en el caso Nóos y reclamó al juez José Castro una rebaja en la fianza impuesta de 2,7 millones de euros a 449.500. Consideró en un escrito enviado ayer al instructor que «los precedentes» aconsejan esa rebaja porque en casos con sumas defraudadas a Hacienda muy superiores las cauciones fueron inferiores.

Cristina de Borbón solicitó la rebaja de la fianza fijada por el juez en diciembre pasado porque, según alegó su equipo de letrados liderado por Miquel Roca, no podía superar el «tanto de la cantidad supuestamente defraudada» por su marido y ella a través de la compañía Aizoon, de la que ambos son copropietarios a partes iguales. El tanto es la suma presuntamente impagada, poco más 337.000 euros, más un tercio de la misma; es decir, 449.500. El juez, sin embargo, estableció la fianza sumando a la cantidad supuestamente defraudada en las cuotas del IRPF de 2007 y 2008 el séxtuplo de la misma.

El fiscal cita en su escrito de un folio cinco casos con «cuotas defraudadas notablemente superiores» a las del caso Nóos que acabaron con multas que no superaron «el tanto», es decir el dinero defraudado con una recarga de un tercio. Entre los casos mencionados está el de la cantante Ana Torroja, que fue condenada a pagar casi 800.000 euros por impago del IRPF en 2003, 2006 y 2007, así como los de un touroperador y un grupo hotelero.

Vuelve el enfrentamiento

Pero más allá de las disquisiciones legales sobre la fianza de Cristina de Borbón, la discrepancia reabre el enfrentamiento entre juez y fiscal en un caso en el que durante muchos meses trabajaron juntos en perfecta sintonía hasta que la investigación afectó a la entonces hija del rey y hoy hermana. Horrach se negó en redondo a acusar a la infanta y Castro concluyó que fue partícipe de los negocios de su marido. El primero pidió que no se sentara en el banquillo de los acusados, y el segundo vio razones más que suficientes para que lo haga.

Lo que pudo ser una diferencia de criterio jurídica derivó en una disputa casi personal que pusieron en negro sobre blanco en distintos escritos. En uno de ellos, el instructor vino a decir que el fiscal más parecía un defensor de la esposa de Iñaki Urdangarin que un representante del Ministerio Público. Horrach acusó al que fuera su amigo de ser un prevaricador y hacer una «instrucción a la carta» sin tener en cuenta los informes de la agencia Tributaria.

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