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ENTREVISTA DEL 'CUADERNO DEL VERANO' DEL 13 DE AGOSTO DEL 2005

Pedro Zerolo: "Hace mucho tiempo supe que toda mi vida iba a ser bandera"

La del matrimonio gay es una batalla menos por librar, pero este feroz soldado de las ideas aún tiene mucho que decir

Pedro Zerolo, en la terraza del Hotel Senator de Madrid, en julio del 2005.

Publicado por
JUAN FERNÁNDEZ / MADRID
León

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Pedro Zerolo, que ha muerto este martes víctima de un cáncer de pancreas, a la edad de 54 años, concedió una entrevista a este diario hace ya casi 10 años por ser el impulsor de la ley sobre el matrimonio homosexual que aprobó el Gobierno de Zapatero. Aquel verano también se prestó a ponerse la nariz de payaso, como hicieron todos los personajes entrevistados por el 'Cuaderno', para explicar qué cosas le hacían gracia.

Si fuera cierto el dicho que asegura que a uno le pitan los oídos cuando hablan de él, a estas alturas del curso Pedro Zerolo (Caracas, 1960) debería estar internado en un centro psiquiátrico víctima de un delirio causado por el pitido ensordecedor. Sobre los caracoles morenos de su envidiable cabellera se han arrojado este año cien mil dardos envenenados, y otros tantos besos, a cuento de la polémica por el matrimonio homosexual, ley que muy a su pesar lleva su rostro. El abogado se desentiende de patadas y alabanzas, enrocándose en un discurso político de cuando en la política había discursos. En el PSOE ignoraban a qué feroz soldado de las ideas habían fichado el día que le invitaron a hacerse la foto con la ejecutiva del partido.

–¿Va a necesitar doble dosis de vacaciones después de este año?

 –Sí, siento que este verano necesito despresurizarme. Y lo que más me despresuriza en elmundo es Jesús, mi pareja. Es mi bálsamo. Así que pienso estar muchas horas con él, porque estos meses me he tenido que privar demasiadas veces de su compañía por culpa del trabajo. Menos mal que él también esmilitante, y un hombre de izquierdas, y entendía que justo ahora había que darlo todo ymás. Así que en vacaciones me dedicaré a conciliar vida familiar y laboral. Como todos los años, la mitad del tiempo estaremos con su familia, en Rota, donde mis suegros tienen una casita. Y la otra mitad en Tenerife, donde viven mi padre y mis hermanos.

–¿Se llevará el trabajo a las vacaciones?

 –No. Me cuesta un par de días despegarme, pero en seguida corto por completo. Entonces me dedico a hacer vida de pequeñas cosas. En Tenerife me gusta ayudar a mi padre, que es pintor, a ordenar su estudio. Hacemos cosas juntos en el jardín,me ocupo de la cocina... Nada más llegar, lo primero que hago es un potaje de berros. Asíme empiezo a despresurizar.

–¿Terapia de choque?

 –Totalmente. Es como un rito. Siempre viajamos en el vuelo de la mañana. A las nueve ymedia estoy en Tenerife. Llegamos, desayunamos con mi padre y rápidamente me voy caminando a La Recova, al mercado. Allí compro frutas, verduras ymuchas flores, y vuelvo a casa a cocinar. Y cuando veo los berros hirviendo en el fuego empiezo a despresurizarme. En Tenerife logro desconectar, aquello es como una burbuja por donde aparecen amigos, familiares.. Mis padres crearon un ambiente magnífico en casa, hasta el punto que mis amigos, los de mi edad, siguen yendo por casa a ver a mi padre, se reúnen a menudo, ponen música... Es una casa con mucho ambiente, pero mucho ambiente.

–¿Este ha sido el año más difícil de su vida?

 –El más intenso. Difíciles ha habido muchos, intensos como este, ninguno. Pero esa intensidad me ha dado una energía que me será muy útil para luchar por otras causas. Porque la homosexualidad era una causa más, pero hay otras muchas pendientes. La de los transexuales, la de la igualdad, la lucha contra pobreza, contra la exclusión, la redistribución de la riqueza... Cuando se vive la vida desde la izquierda, la vida está llena de causas. Ese es nuestro problema. Ser de izquierdas es muy jodido, porque te nutres de la insatisfacción. La satisfacción mata, es de derechas. La insatisfacción te hace seguir adelante.

–¿Estoy hablando con un Quijote?

–No, con un currante. Yo soy uno más. Y si hay algo que me relaja es precisamente sentirme eso, uno más. Soy uno más en el movimiento de liberación homosexual, aunque sé que le he puesto voz en ciertos momentos. Y me siento uno más en el movimiento de transformación socialista. Yo aspiro a recuperar esa magnífica y republicana búsqueda de la felicidad humana a través de la felicidad social. Yo me sigo creyendo todas estas cosas.

–Usted será uno más, pero este año ha concentrado muchas miradas. ¿Se ha sentido flojear en algún momento?

 –Esto lo tengo asumido desde pequeño. Cuando yo me supe homosexual, y quise ser gay, asumí que mi presencia debía ser política. Hace mucho tiempo supe que toda mi vida iba a ser bandera. Cuando asumes eso, sabes que vas a exponerte. Y yo ya no soy un quinceañero, ni un veinteañero, ni un treintañero, llevo un largo camino recorrido. Pero no he sido el único. Nosotros hemos tenido que exponernos, hemos tenido que someternos a informes para probar que éramos seres sanos. Aquí los únicos cerebros que han sido estudiados son los de los negros, los homosexuales y las mujeres. Espero que algún día se estudie también el cerebro de los hombres heterosexuales. Creo que más de una sorpresa nos llevaríamos. Grata, siempre grata.

–Ante ciertas columnas o tertulias de radio donde su nombre era apedreado, ¿usted que hacía? ¿No las leía, no las escuchaba?

 –Si determinados personajes no se hubieran pasado conmigo como se han pasado, es que algo habría hechomal. Ellos se han puesto muy nerviosos porque no saben cómo reaccionar. Y ante la impotencia, insultan. A las feministas les pasó lo mismo en su día. Y a los negros que lideraron los movimientos de liberación racial en los años 60. A todos los movimientos de liberación personal nos han atacado igual. Pero que nadie olvide que estos movimientos son los que han logrado que el mundo cambie. Otros movimientos de liberación lo único que hicieron fue mover fronteras y ponerlas más allá omás acá.

–Después de la friega, ¿cómo se encuentra? Defina su estado de ánimo.

 --Tranquilidad. Es la mejor forma de felicidad que conozco. Como decía Gabriel Zelaya, "tenemos que ser locos y locas del porvenir". Yo empecé leyendo aWhitman, que es lo que hay que leer a los 15: el canto a ti mismo. Te tienes que enamorar de ti mismo, y solo en esa medida puedes enamorar a los demás. Individualismo poroso y participativo, pero individualismo al fin y al cabo. Después descubría Zelaya, que reivindica el movimiento conjunto de mucha gente. Y además canta a la risa. Él decía que la risa siempre incluye una viruta de subversión. A los homosexuales ha sido la alegría, el desparpajo y la risa lo que nos ha hecho sobrevivir. Porque nosotros somos sobrevivientes. Ya la primera vez que te llamanmaricón te das cuenta de lo que se te viene encima.

–¿Hay un Zerolo más allá de las reivindicaciones homosexuales?

 –Claro que sí. Pero esas cosas personales del cómo soy o qué me gusta no me gusta contarlas, me producen pudor. Soy un tío muy normal, de una familia normal, que he hecho de todo, pero intensamente. En el colegio lo fui todo: boy scout, tuno, del coro de Santo Domingo, del equipo de básquet, quería irme demisionero a África...

–¿Alguna vez ha jugado a imaginar cómo habría sido su vida si hubiese nacido heterosexual?

 –La verdad es que ser homosexual me ha cambiado la vida. De haber sido heterosexual seguramente me habría casado con mi primera novia. Siempre fui muy enamoradizo, tuve muchísimas novias. Les pasó a muchos homosexuales: cuando te das cuenta de tu condición comienzas una huída hacia delante por el pánico que te produce ser homosexual. Yo no tenía ninguna referencia positiva de lo que estaba sintiendo. La única persona que me produjo alivio conocer en mi adolescencia fue a Jerónimo Saavedra. Mi padre fue el primer alcalde democrático de La Laguna, es socialista, y en aquella época a veces coincidíamos con Jerónimo. Yo tenía 13 o 14 años, pero un día nos miramos y nos entendimos. Para mí resultó un alivio, porque hasta ese día todas las referencias que había tenido de la homosexualidad eran terribles.

–Retrate a ese Zerolo heterosexual que no existió.

 –El otro día hablaba con Zapatero y comentábamos que los dos hemos seguido vidas paralelas. Tenemos una edad igual, hemos estudiado Derecho, los dos pertenecemos a familias de izquierdas... Seguramente, de haber nacido heterosexual, mi vida sería muy parecida a la de Zapatero. Yo también me enamoré perdidamente de mi primera novia y seguramente me habría casado con ella y habría tenido hijos, y habría seguido militando en las ideas de la izquierda. Pero ser homosexual me cambió la vida de arriba a abajo. Cuando me di cuenta de que era homosexual y salí del armario, y además dando un portazo, tuve que empezar mi vida de cero. Tenía 20 años, había acabado la carrera y tuve que ponerme a destruir y volver a reconstruir mi vida de arriba abajo. Todo lo que me habían enseñado ya no me servía. Y encima sin referentes.

–En poquísimo tiempo la homosexualidad ha pasado de ser estigmatizada a estar normalizada. ¿Podría explicar el milagro acontecido en este país?

 –Todo el mundo está asombrado. Nuestros colegas europeos también. Gente de izquierdas de Francia, de Italia, de Alemania, vienen asombrados a ver quién tiene la lámpara de Aladino de este cambio. Y es muy simple: valentía, responsabilidad e imaginación. La izquierda, o es valiente, o no es de izquierdas. Ahora nos sentimos partícipes de un país que no sólo exporta coches o butifarra, también exporta valores e ideas.

–La política también es seducción. ¿Se considera seductor?

–Cuando hablas con el corazón, convences. No creo que yo seduzca por mi seseo. Lo que seduce en mí es que lo que digo me lo creo. Siempre he intentado ser coherente, por eso me metí en tantos fregados. No siempre se logra ser coherente, pero hay que intentarlo. Al menos intentarlo. Y eso la gente, al final, lo nota. Uno de los grandes problemas de la izquierda es que estaba llena de gente que no era percibida como personas de izquierdas porque no lo eran, porque vivencialmente no lo eran.

–¿Está aquí de visita o piensa quedarse?

 –Si se refiere a la política, yo nací en la política, he crecido en la política, he vivido en la política y seguiré en la política allí donde esté. Pero nunca he tenido ninguna ansiedad política. Si no, no habría estado tantos años luchando en colectivos a quienes nadie atendía hasta ayer. Ahora estoy en la política representativa, pero la política también se hace en una asociación de vecinos, en el ayuntamiento, en tu barrio. Lo importante es seguir efervescente, seguir joven. Hay que ser joven cuando eres joven, y cuando ya no eres joven. Y se puede uno morir siendo joven.

–¿Le gustaría morir siendo joven?

 –Me voy a morir siendo joven. Es un empeño. Eso es un trabajo continuo, porque si no, te lleva la derecha. Derecha es todo, es nuestra parte animal. La parte izquierda es la que te lleva a reflexionar. El día que dejes de luchar, ese día te lleva la marea, ese día te ha vencido la derecha.

–¿Es de reírse mucho?

–(Carcajadas) Sí, mucho. Pero con el sentido del humor, no con cosas preparadas. odio los chistes y los combato porque los machistas y homófobos me ponen muy nervioso. Me río muchísimo con las mujeres, son las personas más divertidas del mundo.

–¿Es amigo de las bromas?

 –Me gusta más dar sorpresas que recibirlas. Me gusta el sentido del humor, los juegos de palabras, la ironía, la picardía.

 

 –¿Se ríe de usted?

 

 –Últimamente mucho. Leo cosas que me hacen mucha gracia, porque presuponen un poder y una inteligencia que no existen. En mí sólo hay trabajo y sentido común.