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La Moncloa anticipa que Rajoy hará cambios profundos en el Gobierno

«El presidente será Rajoy o Iglesias», dicen en el entorno del jefe del Ejecutivo.

Ayllón, secretario de Estado de Relaciones.

Publicado por
Ramón Gorriarán | MAdrid
León

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Los cambios que el presidente del Gobierno cocina a fuego lento en su despacho empiezan a despedir un aroma de plato sustancioso a tenor de lo que se airea desde la Moncloa: «Una remodelación cosmética no es una remodelación». La reflexión es de José Luis Ayllón, secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, hombre de confianza de la vicepresidenta y uno de los principales ‘fontaneros’ de la Moncloa. El mero hecho de que ayer decidiera abandonar el hermetismoque con el que suele responder a cualquier decisión personal del jefe del Ejecutivo es significativo. Y esta vez, en su habitual encuentro de los lunes con los medios de comunicación, fue tajante.

El secretario de Estado señaló además que no habrá que medir la profundidad de la remodelación en el gabinete por el número de miembros del Gobierno afectados sino por el peso específico de los mismos. Según avanzó, «no hace falta hacer muchos» para que la crisis de Gobierno sea el revulsivo que se busca a seis meses de las elecciones generales. Unas palabras que inducen a pensar que Rajoy piensa en tocar a los pesos pesados del Consejo de Ministros. Cuando en este Gobierno se habla de pesos pesados las miradas tienen pocos destinos. Uno de ellos, sin duda, es Soraya Sáenz de Santamaría, que ha perdido buena parte del ascendiente que contaba entre los titulares de otras carteras y que incluso ha sido cuestionada, siempre en privado, por más de uno.

La vicepresidenta

El papel de la vicepresidenta como portavoz gubernamental no gusta en varios departamentos, y aunque es muy improbable que Rajoy decida prescindir de sus servicios, no en vano es la principal confidente del presidente, no es imposible que deje de ser la cara del Gobierno tras sus reuniones semanales.

Que la vicepresidenta pierda protagonismo político en el Ejecutivo, era hasta hace solo unos meses un planteamiento absurdo. Pero el revés del PP en las elecciones municipales y autonómicas ha hecho cambiar esquemas que parecían inamovibles para Rajoy, tanto en el Gobierno como en el PP.

El propio jefe del Ejecutivo ha culpado estos días a la comunicación de los resultados. En todo caso, Ayllón, afín a Sáenz de Santamaría, dio a entender que un cambio en ese sentido no tendría por qué interpretarse como castigo. «Es mejor que haya cada vez más gente defendiendo la política del Gobierno», apuntó.

La defensa de esas políticas irá en paralelo a una estrategia para que se visualice al PP como el único garante de la estabilidd. Rajoy la inició el viernes en su rueda de prensa junto al primer ministro marroquí y el secretario de Relaciones con las Cortes no se olvidó de alimentarla al insistir en que Pedro Sánchez con su deriva de acuerdos con Podemos corre el riesgo de llevar a los socialistas a la inanidad política y alejarlos de la centralidad. De hecho, pronosticó que «el próximo presidente del Gobierno se llamará Mariano Rajoy o Pablo Iglesias»

En lo que se refiere al partido, el secretario de Estado fue menos explícito, pero rompió una lanza a favor de Dolores de Cospedal, también muy cuestionada tanto en el PP como entre algunos miembros del Gobierno por su gestión del día a día de la organización, dificultada por ser al mismo tiempo presidenta de Castilla-La Mancha. «Nadie puede decir que Cospedal no ha estado dando la cara en nombre del PP. Me parece muy injusto», se quejó en línea con lo manifestado la semana pasada precisamente por la vicepresidenta, a la que siempre se le había atribuido, no obstante, una mala relación con la número dos del partido .

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