Mas endosa a la sociedad civil la responsabilidad de revivir su proyecto
Admite que la ilusión por la independencia ha decaído y pide a Omnium Cultural y ANC que se sumen a su lista.
Artur Mas cortó ayer la cinta de la precampaña electoral del 27-S poniendo la «directa» hacia la independencia y advirtiendo que su apuesta secesionista va «muy en serio». Veinticuatro horas después de reunirse con Josep Antoni Duran Lleida y certificar la defunción de CiU, Mas desgranó en Molins de Rei, en una conferencia de una hora, cuáles son sus planes para intentar ganar las elecciones catalanas. Su idea es articular una candidatura, que esté integrada por Convergència, las plataformas soberanistas (ANC, Omnium Cultural y la AMI) y dirigentes procedentes de Unió (los del sector independentista), exsocialistas soberanistas y hasta ex comunistas.
Una lista sin siglas, sin rémoras del pasado (Pujol, recortes y caso Palau) e impulsada por la sociedad civil, a la que se dirigió directamente apelando a su «sentido de estado», para lograr la unidad del soberanismo.
Por otra parte, la guerra que libraron Unió y Convergència antes de la ruptura de CiU se ha trasladado al interior de la formación democristiana. UDC celebró ayer sábado su primer consejo nacional después del divorcio de la federación, que puso en evidencia que la formación democristiana está fracturada en dos partes casi iguales —entre el sector oficial (vencedor de la consulta interna), que defiende un soberanismo moderado, y los independentistas—. A pesar de la tensión, la cúpula democristiana decidió que concurrirá en solitario a las elecciones del 27-S.