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La ANC consultará a sus militantes si participa en las elecciones del 27S

Las fuerzas políticas catalanas plantean a sus afiliados interrogantes enrevesados para tomar decisiones arriesgadas.

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cristian reino | barcelona
León

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El proceso soberanista catalán ha entrado en un bucle tan enrevesado que a este paso será necesario cursar un máster en ciencia política para entender las preguntas que partidos y plataformas civiles plantean a su militancia. Quien ya ha rizado el rizo es la ANC. La conclusión es clara: si la dirección quiere ganar la consulta interna, tiene que hacer una pregunta cuanto más larga y rebuscada mejor. Unió es otro ejemplo.

Artur Mas lanzó el sábado pasado un órdago envenenado a las entidades de la sociedad civil, ANC y Ómnium, a las que instó a impulsar y liderar una candidatura independentista para las elecciones del 27S con la participación de Convergència. La respuesta de la ANC ha sido echar balones fuera y trasladarle el entuerto a su militancia a través de una consulta interna. La pregunta de esta votación, que se celebrará el fin de semana que viene, se las trae. «¿Quieres que la ANC busque las complicidades necesarias con otras entidades y fuerzas políticas para impulsar una propuesta electoral de la máxima transversalidad, para garantizar el carácter plebiscitario del 27S que nos lleve a la independencia de Cataluña?»

Es decir, los 40.000 socios de la ANC deben decidir si quieren que la Asamblea participe en las elecciones. Pero en ningún sitio de la pregunta aparece la oferta de Mas. Si sale sí, la dirección de la ANC podrá abrir conversaciones sobre las listas del 27S, aunque no solo con Mas. Si gana el no, está claro que la ANC no participará en las elecciones.

Unió también celebró una consulta interna hace una semana con una pregunta que llevaba muchos astericos. Decía así: «¿Queréis que Unió mantenga su compromiso con el proceso, desde el catalanismo integrador y de acuerdo con los siguientes criterios?». A continuación el partido fijaba una serie de condiciones: «Soberanía, democracia, diálogo, seguridad jurídica, Europa y cohesión social». Ganó el sí por 50 a 46%. Los democristianos, a su manera, dijeron no a la hoja de ruta independentista de Convergència y Esquerra, y CiU saltó por los aires 37 años después.

Unió aplicó a su consulta el estilo ambiguo que ya Mas empleó en el 9N.