El vino como excusa para conocer los secretos del Bierzo
El enoturismo quiere convertirse en uno de los motores económicos a medio y largo plazo. Rubén García Franco es el gerente de Bierzo Enoturismo.
El vino como puerta de acceso al Bierzo para un nuevo tipo de turistas. Ésa es la propuesta que quiere poner en valor la asociación Bierzo Enoturismo para llevar un paso más allá la tradición vitivinícola de la comarca y aprovecharla para generar riqueza en una zona que aún no ha sabido sacar todo el jugo a sus uvas.
El enoturismo va más allá de la simple venta o catas de caldos. Es una propuesta que engloba desde visitas a las bodegas para mostrar in situ dónde y como se hace el vino hasta rutas de senderismo o en bicicleta de montaña por el entorno de los viñedos, sin dejar de lado ‘maridajes’ con la música o la historia del Bierzo. En definitiva, utilizar el vino como la excusa perfecta para que los turistas acudan a donde se elabora.
Las posibilidades en este sentido parecen muchas en una región como ésta, en la que todavía no se ha dado el gran paso adelante necesario para ponerse a la altura de otras zonas con más arraigo y, sobre todo, con más nombre. Así, el gerente de Bierzo Enoturismo, Rubén García Franco, considera que «somos una zona vitivinícola que lo primero que tiene que potenciar es su patrimonio vitícola, que es la grandeza del Bierzo. La cantidad de viñedo viejo que tenemos no existe en otras zonas del mundo».
Por eso, el primer objetivo es concienciar a los propios productores y a los bercianos en general de lo que tienen y, a partir de ahí, comenzar a explotarlo más allá de la mera elaboración del vino. «Queda mucho por hacer», reconoce García Franco: «cuidar de nuestros pueblos, de las infraestructuras, de los cultivos, del viñedo que se está abandonando... Lo primero que tenemos que hacer es organizarnos e implicar a diferentes agentes más allá de la propia asociación».
La clave para hacerse un hueco en un mercado que ya cuenta con muchos ofertantes está en la diferenciación, en saber mostrar al visitante potencial las particularidades de la zona, haciendo especial hincapié en el patrimonio histórico y en el paisaje. Rubén García señala que «ahora estamos en un proceso de adaptación y crecimiento, diseñando las estructuras y las estrategias. Es el momento de crear y de hacer ruido, pero un ruido controlado para llegar a muchos oídos con una promoción positiva».
Es por esto que la apuesta berciana por el enoturismo se plantea a medio y largo plazo, sin que ello sea óbice para que ya se estén ofertando actividades y paquetes turísticos que van desde catas comentadas y visitas a las bodegas hasta recorridos que incluyen alojamiento en casas rurales, con desplazamientos a enclaves como Las Médulas o el Castillo de los Templarios para disfrutar de un fin de semana en el Bierzo con el vino como telón de fondo.
La intención de Bierzo Enoturismo es empezar a ver los frutos de sus esfuerzos en un plazo aproximado de tres años. Es entonces cuando esperan recoger su particular cosecha, tanto en lo referente al retorno económico de la inversión como en el reconocimiento del Bierzo como una marca reputada dentro del mercado vinícola nacional e internacional. «Ya somos una Ruta del Vino de España, pero queremos serlo a nivel internacional. Que se nos conozca, no como ruta del vino, sino como Bierzo», remacha García Franco.