El PP busca atajar los pactos y que llegue a La Moncloa la lista que resulte más votada

Hay una vieja reivindicación que el PP no está dispuesto a dejar caer en el olvido. Los populares se proponen que en el futuro gobierne siempre la lista más votada. Que ningún pacto postelectoral de esos que ellos llaman de «perdedores» sirva para arrebatar el poder a quien más respaldo logre en las urnas. Mucho menos a nivel nacional. El partido amplía su propuesta de reforma de la ley electoral y no sólo la circunscribe a los ayuntamientos, sino que plantea que también sea la formación con mayor número de votos la que se haga con el Gobierno en las autonomías y en La Moncloa.

Esta intención podría convertirse en una de las promesas estrella del programa con el que el PP se presentará a las elecciones generales. La modificación no se abordaría, sin embargo, hasta la próxima legislatura, por lo que Mariano Rajoy tendrá que correr el riesgo de perder el Ejecutivo si, a pesar de vencer en los próximos comicios como señalan las encuestas, el PSOE y Podemos suman los votos suficientes para gobernar.

Los acuerdos alcanzados en diversas ciudades españolas tras las elecciones del pasado 24 de mayo han alterado el ánimo y los planes de los populares que, tras perder gran parte de su poder, lanzan su mayor órdago en esta materia. El secretario general del PP en el Congreso explicó ayer que la fórmula ya existe en países como Grecia, en los que se otorga una «prima de gobernabilidad» o suplemento de escaños a quien gana las elecciones.

En cuanto al Senado, los populares muestran su determinación de acometer por fin el cambio constitucional que lo convierta en una auténtica cámara territorial. Para cualquier otra modificación de la Carta Magna, la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, sigue exigiendo tener muy clara la finalidad y lograr el consenso necesario.

Estas fueron algunas de las ideas que se compartieron ayer en la conferencia política del PP que hoy clausura el presidente del Gobierno. Un cónclave, o una «terapia», como bromeaba la presidenta madrileña, en el que los populares han tratado de mostrar que saben adaptarse al paso del tiempo. Tanto que aceptan mejorar la democracia interna de la formación cuando se puedan reformar los estatutos en el congreso del partido en 2016.

La senda la abrió la secretaria general en su discurso inaugural. «Todos los populares tenemos que ser protagonistas de forma directa por ejemplo a la hora de elegir a los presidentes provinciales, a los presidentes regionales o a nuestro presidente nacional», avanzó De Cospedal.