Artur Mas presidirá un gobierno de concentración si la lista única gana el 27S
Encabezada por un independiente, el presidente y Junqueras irán en lugares secundarios.
Artur Mas presidirá después del 27S un gobierno de concentración soberanista para llevar a Cataluña hacia la independencia. Solo faltan dos pasos. El primero, que todos los partidos y movimientos secesionistas aprueben el plan pergeñado el lunes por Convergència y Esquerra; algo que parece muy factible. El segundo es más complejo, ganar con la lista unitaria del soberanismo las elecciones del 27 de septiembre con mayoría absoluta, y además amplia.
El trabajo a fondo se hizo la víspera, ayer en una reunión de apenas una hora en el Palau de la Generalitat los partidos y las organizaciones civiles independentistas dieron el visto bueno al encaje de bolillos urdido por Artur Mas, Oriol Junqueras y sus colaboradores. En síntesis: habrá una lista unitaria de los independentistas; estará encabezada por una personalidad sin adscripción partidaria; Mas ocupará un lugar secundario en ella; la candidatura alternará a dirigentes de partidos con figuras independientes; y Convergència y Esquerra se repartirán el 60 y 40% los puestos que corresponden a los políticos. Esto dice la letra gorda, la pequeña se conocerá hoy en un acto en el Parlamento de Cataluña al mediodía. Ayer mismo, horas después de la breve cita en el Palau de la Generalitat, el acuerdo fue refrendado por los órganos de dirección de todos los implicados en el pacto.
Aunque solo se conocen las líneas maestras, algunos detalles, y no menores, trascendieron. Si esa candidatura común del soberanismo gana las elecciones, dato que corroboran todas las encuestas, se formaría un gobierno de concentración soberanista presidido por Mas y en el que tendrían cabida todas las fuerzas políticas y plataformas civiles que han apuntalado el proceso. Ese ejecutivo de concentración independentista tendría 18 meses para declarar la secesión de Cataluña de España, conforme a lo que se acordó en la hoja de ruta pactada por Mas y Junqueras el 30 de marzo pasado. Del proyecto solo se han descolgado las CUP, encastilladas en la idea de que no hubiera dirigentes políticos en la lista. Aunque su participación en solitario en las elecciones con la lista CUP-Crida Constituent también contribuirá al presumible éxito del soberanismo si frena a la izquierda no independentista de Podemos e Iniciativa.
El presidente catalán, con este acuerdo, emerge como el vencedor del pulso mantenido en las últimas semanas con Esquerra, las CUP, la Asamblea Nacional Catalana, Ómnium Cultural y otras organizaciones civiles sobre las características de la lista unitaria del soberanismo. Mas y Convergència se quedaron solos en la defensa de que hubiera líderes políticos en ella y se salieron con la suya. Eran tantos los argumentos organizativos, políticos y de toda índole que pusieron sobre la mesa en la cumbre del lunes que el debate sobre la candidatura sin representantes de los partidos se solventó con facilidad, según fuentes conocedoras de lo tratado en la reunión. Esquerra, pese a defender en público la tesis de la ausencia de políticos en las elecciones, ya daba por hecho antes de la reunión que Mas iba a ser «el presidente de la independencia». Al margen del partido asambleario que lidera David Fernández nadie puso objeciones al planteamiento ‘convergente’.
El presidente catalán lanzó por primera vez la idea de la candidatura común del soberanismo el 25 de noviembre. Esquerra rechazó la idea porque consideró que Mas solo buscaba enmascarar el declive de CiU y defendió las listas separadas. El jefe de la Generalitat volvió a la carga el 20 de junio pasado, y aquí todos le tomaron la palabra con el añadido de que los candidatos no podían ser «políticos en activo».