El viento reaviva el fuego de la Sierra de Gata
El incendio ha arrasado 6.500 hectáreas de monte de alto valor ecológico.
El viento se convirtió en la peor pesadilla en la Sierra de Gata, en el norte de la provincia de Cáceres, que siguió ardiendo sin freno y por los cuatro costados. Las rachas de aire de hasta 69 kilómetros por hora reavivaron las llamas que ya han devorado 6.500 hectáreas de monte de alto valor ecológico y han calcinado casas aisladas y centenares de animales de ganado, convirtiendo este incendio en el segundo mayor del verano y uno de los más graves sufridos nunca en Extremadura.
La situación, a pesar del importantísimo despliegue de medios materiales y humanos, siguió fuera de control durante la tercera jornada de lucha contra el fuego. Unas llamas que la madrugada del sábado llegaron a las afueras del pueblo de Hoyos y obligaron a desalojar a los mil habitantes de ese municipio, con lo que el número de vecinos que han tenido que abandonar sus hogares en la comarca asciende a más de 3.000, después de la evacuación forzada de todos los habitantes de otros dos municipios, Acebo y Perales.
Pero el riesgo no acababa ahí. El viento y la extremada sequedad del aire hizo que varios frentes de fuego avanzaran peligrosamente hacia otros dos núcleos habitados de la zona, los pueblos de Villamiel y Trevejo, que estaban en prealerta para su desalojo y posible traslado al pueblo de Moraleja, el único núcleo de la comarca, que, por el momento, se libra de la amenaza del fuego. No obstante, las marcas del paso de las llamas eran visibles incluso a las afuera de esta localidad, puerta de entrada a la comarca.
A este escenario ya extremadamente preocupante, con una «enorme condensación de humo y escasa visibilidad», se sumó como problema añadido el dificilísimo acceso de los medios terrestres a los nuevos frentes de fuego (en Cilleros y Villamiel), ya que el propio incendio obligó a cerrar la práctica totalidad de la red viaria de la sierra. Hasta seis carreteras de la comarca estuvieron bloqueadas durante todo el día de ayer, lo que, además, dificultó en extremo la evacuación de los vecinos. Perales del Puerto, que fue desalojado la noche del jueves, es el único municipio al que se podía acceder el sábado.
«La madrugada del sábado fue durísima. Se ha retrocedido todo lo que avanzamos durante las últimas horas, debido a que las rachas de viento han sido muy altas», comentó el El presidente extremo, Guillermo Fernández Vara.