Mas asume que la mayoría absoluta no será suficiente para la independencia
A un mes de los comicios todavía no hay unanimidad sobre como proceder.
Artur Mas hace campaña de cara a las elecciones se celebrarán en próximo 27-S.
Apenas queda un mes para las elecciones catalanas del 27-S y sigue sin haber consenso sobre qué resultado tendría que darse para que las lecturas de unos y otros no sean tan discordantes. Ni siquiera hay unanimidad en el carácter que se quiere imprimir a los comicios; «plebiscitarios», para el mundo soberanista, y «los más importantes de la democracia», según todos los demás.
A estas alturas casi lo de menos son las etiquetas, porque se consideren o no como un plebiscito, de lo que casi ninguna fuerza duda es de que si el independentismo sale victorioso seguirá su camino hacia la constitución de un estado catalán. Eso sí, no a cualquier precio. En las declaraciones de los líderes secesionistas de los últimos días subyace que empiezan a asumir que con una mayoría absoluta raspada, 68 diputados sobre 135, no tendrán suficiente para culminar el proceso. Sí para hacer una declaración solemne en el Parlamento catalán, que presione a la negociación con Madrid, pero no para alcanzar el objetivo real.
De precampaña ya desde hace unos días por toda Cataluña, el candidato de la lista Juntos por el Sí, Raül Romeva, reclamó este domingo en Girona un «mandato claro». Con una victoria «contundente» en las elecciones del 27-S, la independencia, según el número 1 de la candidatura de Mas, no se podrá parar. «Si ganamos será difícil, pero si no ganamos con mucha claridad aún lo será más, y eso lo tenemos que tener claro», había lanzado ayer como aviso a los suyos en Tortosa, Tarragona. Una mayoría cualificada daría un «mandato inequívocamente independentista», añadió este domingo el presidente de la ANC, Jordi Sánchez. En un inusual exceso de confianza, Sánchez dio por hecho que el secesionismo tiene la mayoría absoluta «asegurada».
El problema que podría encontrarse el soberanismo es que lograra 68 diputados, pero no obtuviera la mayoría absoluta en votos, por culpa del sistema electoral que rige en Cataluña, que da mayor peso a los votos de las zonas rurales y de las provincias menos habitadas (donde el independentismo tiene más fuerza) que a los votos del área metropolitana de Barcelona (donde hay más población y el constitucionalismo está más presente).