La policía arresta al etarra Plazaola en Francia tras estar huido medio año
Se encontraba a 12 kilómetros de la frontera tras fugarse al ser revocada su excarcelación.
Alberto Plazaola, el día que salió de la cárcel.
La fuga del etarra Alberto Plazaola duró cerca de medio año, 181 días. En busca y captura por la Audiencia Nacional, las policías francesa y española lo detuvieron ayer a las 11.30 de la mañana en la localidad pirenaica de Ciboure, a escasos 12 kilómetros de la frontera de Hendaya, después de un intenso trabajo de los servicios de información.
Plazaola fue excarcelado prematuramente en diciembre de 2014 después de que un tribunal de la Sala de lo Penal le descontase los años de condena que había cumplido en Francia. La Fiscalía recurrió y el Tribunal Supremo le dio la razón y anuló su salida de prisión en marzo pasado, pero el ex colaborador del ‘comando Araba’ en los años ochenta ya se había escapado.
El etarra fue condenado en 1997 a 46 años de cárcel como autor de dos delitos de asesinato frustrado y de uno de estragos. Su licenciamiento fue fijado para 2026 en aplicación de la ‘doctrina Parot’, aunque la Sección Primera de la Sala de lo Penal acordó adelantarlo al 24 de agosto de 2013 tras descontarle los años de condena cumplidos en el país vecino. Sin embargo, el Alto Tribunal anuló por cuatro votos a uno esa interpretación que había servido también para excarcelar al histórico etarra Santiago Arrospide, alias ‘Santi Potros’, que volvió a prisión 46 días después de su excarcelación.
La huida del etarra desató la polémica, dado que la Policía y la Guardia Civil recibieron la orden de detenerle en su domicilio de Oñate (Guipúzcoa) a las 17.22 horas del martes 10 de marzo, más de cuatro horas después de que se comenzara a divulgar por los medios de comunicación el auto del Supremo. Hasta las 20.44 horas de ese día, las fuerzas de seguridad no recibieron el auto que autorizaba la entrada y registro del domicilio, al que accedieron sin éxito a las 23.05 horas.
El presidente del Supremo, Carlos Lesmes, ordenó la apertura de una investigación interna para aclarar las circunstancias en las que se difundió la información sobre la detención del etarra antes de que se produjera. Pero las pesquisas concluyeron y no hubo responsables.